Daniel Sánchez Arévalo ha tardado en volver a la dirección de largometrajes (pausa aprovechada para regalarnos su novela La isla de Alice) pero la espera, para mí ha valido la pena, porque este nuevo film Diecesite, no me ha podico parecer mejor.
Arévalo reduce la escala familiar (tras La gran familia española) y presenta una historia sencilla e íntima de pocos personajes y presidida por el diálogo y en esto de dialogar creo que Arévalo es de los mejores (¿el mejor?) de nuestra filmografía. Y lo bueno es que no siempre hace falta escuchar el guión, para mí el momento más emotivo del film no se debe a palabras dichas, sino escritas en pantalla.
Por otra parte, Arévalo se vuelve a mostrar como el gran director de intérpretes que es, y creo que consigue lo mejor de los protagonistas, Biel Montoro y Nacho Fernández, Héctor e Ismael, dos personajes que yo al menos me he creído en todo momento y a los que he terminado con la sensación de conocer. Destacar también el papel de Itsaso Arana, la revelación de la virgen de agosto.
En definitiva, para mi una nueva joya creada por Arévalo, emotiva y cuidada y que te puede hacer y reír y llorar casi al mismo tiempo.
En una semana ya estará en Netflix y habrá que volver a verla
[Por cierto, los pases ne los Verdi de Madrid son en castellano con subtítulos en inglés]
Saludos