Una de las mejores series que he visto en tiempo. Tanto en el género de comedia como en general, tanto a nivel estatal como internacional. He ido dejando el comentarla y cualquier cosa que diga no le va a hacer justicia a lo que se merece, pero a ver si tras un revisionado (que cae seguro antes de ver la 2ª) me extiendo más.
Es una sensación extraña a la par que genial, el partirte de risa con ella y a la vez hacerte sentir tan incómodo, hacerte sentir tanta vergüenza ajena. Todos conocemos a alguien como el protagonista aunque por desgracia no suelen quedar tan expuestos. Javier Gutiérrez encarna maravillosamente a un pobre diablo que se arrastra al abismo cada vez que habla o hace algo y salpica a todos los de su alrededor. Capaz de hacer el ridículo más espantoso y hacer de una mentirijilla una bola enorme con tal de no dar su brazo a torcer.
Más un despreciable que un mártir, pero aún así, extrañamente, tiene algún momento que te dan ganas de achucharlo.
Seriaza.