Estoy de acuerdo con tu crítica, Tripley. Hemos visto prácticamente la misma película.
Ese plano secuencia me parece una decisión muy interesante que busca inmiscuir al espectador con más fuerza en la acción (no creo que sea una “sacada de chorra” ni nada por el estilo. Creo que esa expresión se utiliza muy a la ligera en cuanto aparece un plano secuencia relativamente largo en una película para justificarlo de alguna manera. Y precisamente aquí, si hay alguien consciente del “evidente truco” que se le propone al espectador de manera descarada, es Mendes, que no busca ni engañarnos ni manipularnos, sino ofrecérnoslo como alternativa plausible para que conscientemente nos pleguemos a él); a veces lo consigue, pero otras se resiente porque la propia propuesta esclaviza la película. Aún así, la fotografía, tanto en el conjunto de toda la película (como plano secuencia), como independientemente en los fragmentos dramáticos que la componen, me parece técnica y artísticamente fantástica. Sabe dirigir la mirada del espectador hacia dónde interesa, y también, cuándo y cómo detenerse para ofrecerle al mismo la mirada que necesita hacer. Y teniendo en cuenta todas las limitaciones que arrastra por sus características, sabe cómo ayudar a dosificar y agitar la acción a través de la composición y el ritmo de manera superlativa.
Aún así, desde mi punto de vista, el film falla en algunas cosas. La más importante es que, por mucho que Mendes diga lo contrario en las entrevistas, la película está cargada de una lírica y una belleza que sin duda acaba romantizando la guerra. Y si eso no quería hacerlo creo que no le sale demasiado bien. Sobre todo por cómo retrata el escenario bélico en la mayoría de partes del film (como por ejemplo, cuando los destellos de luz de las bengalas permiten ver las casas destruidas por la noche tras despertarse del disparo, que son de una belleza casi poética), y por cómo están dirigidos los actores en gran parte del film, que con su dicción y movimientos, a veces parecen estar más sobre un escenario representando una obra de Shakespeare, que en medio de un auténtico y brutal campo de batalla. En este sentido eché mucho en falta un tratamiento más realista como el que tiene “El hijo de Saul”, que le hubiera venido bien para darle potencia dramática al film.
Otra cosa que no me gustó del film, o mejor dicho, de su visionado, es que aunque la sala era Dolby Atmos, el volumen del sonido estaba tan bajo que no se podían apreciar los matices sonoros que seguro tenía que tener una película de estas características.




LinkBack URL
About LinkBacks
Citar
