Pues, básicamente, la pega que le pongo (para acabar antes diré lo que no me gusta), es la misma pega que le pongo a todo lo de Pérez Reverte: cierto tonillo prepotente y el creerse mejor de lo que en realidad es. Y en segundo lugar, que no creo que todo, sobre todo en los dibujos para los niños, sea hoy en día mermelada: me parece que son feísimos, que están llenos de contenidos inadecuados para mentes infantiles, y no creo que estén demasiado edulcorados en absoluto, y no me parece que les enseñen nada positivo. Por lo demás, estoy de acuerdo con todo. A los monstruos, a los vampiros, se les ha rodeado de cierta aureola de glamour y romanticismo por la sencilla razón de que lo feo y lo muerto son tabús hoy en día (antes lo era el sexo). La gente no quiere ver cosas feas o pobres, más en los tiempos de crisis: hoy todo es depurado y aséptico, todo cuerpos Danone y anuncios de Volkswagen (¿te gusta conducir?) y teléfonos móviles: todo genérico, desagradable y a la moda, uniformizado y depurado cual mobiliario del Ikea. Tecnológico, moderno y estandarizado, para comprar, usar y tirar, como la ropa del Zara. ¿Dónde está el carácter? ¿Dónde la personalidad? Hoy en día no está permitido ser original, o si se quiere, feo. Y todo como esto.