Cuando has pasado de dirigir superproducciones de Hollywood a trabajar como artesano a sueldo de Besson, las señales no son nada halagüeñas. Normalmente se suele producir el camino inverso.
Cuando has pasado de dirigir superproducciones de Hollywood a trabajar como artesano a sueldo de Besson, las señales no son nada halagüeñas. Normalmente se suele producir el camino inverso.