Han pasado unos meses, ya estoy de nuevo en Madrid, acojonado porque en el curro en el que trabajaba en aquella época manejaba muchísima información confidencial (copias de seguridad de importantes clientes), e imaginar que por un desliz mío cualquiera se se podía enterar de mi movida policial era mi mayor tortura, no podía hablarlo con nadie; y, a mis compañeros de piso, tras eliminar cualquier vestigio de piratería en casa les avisé claramente, si suena el timbre, mirar antes de abrir por la mirilla, nunca se sabe…
Fue una época muy dura para la convivencia, uno de ellos se fue directamente de la casa y no era para menos, les pude haber metido en un lío de proporciones incalculables, y aun no teníamos muy claro si todo acabaría aquí…no podíamos tener nada en casa que nos implicara, aunque a decir verdad, yo las pelis no quería verlas ni en sueños…pero incapaz era, porque no había noche en que no aparecieran en mis pesadillas.
Todo el material acabó en casa de un buen amigo, de hecho él se las llevó a la casa familiar, no las tuvo consigo, (hasta ese punto llegaba mi obsesión persecutoria, sus datos estaban en mi portátil) recuerdo que su madre se compró una grabadora de Cd’s porque ya que las tenía allí, ¿Por qué no aprovechar y hacerse una copia?
Citado en el Juzgado de nuevo, vuelvo a Asturias y allí estoy, en el despacho de la secretaria del juzgado, ella y uno de los policías me están esperando a la hora que estoy citado; él, con su sahariana color caqui que no apeaba, ella, con más prisa que otra cosa y sin enterarse de nada de lo que le iba dictando el investigador…
…y delante de mi el portátil, con su Windows 98 abierto de par en par. Tenía instalado un gestor de S.O. para iniciarlo, había experimentado con una distri de mandrake y tal y como me confesó uno de los policías, el Linux que compartía el Pc les llamaba mucho la atención, incluso valoraron enviarlo a Madrid para reventar la password e iniciarlo a ver si encontraban material delictivo, pero con los correos del Outlook valoraron que ya era suficiente para presentar al juez…
Mi presencia solo era necesaria para asegurarse de que el portátil era analizado conmigo presente, solo me necesitaban allí para firmar al lado de las hojas impresas, donde se acumulaban correos enviados desde otras cuentas personales que utilizaba (y estas si tenían mis datos reales) para intercambiar películas con los habituales…
La lista también estaba impresa. Mi lista. La que había declarado que era descargada de Internet.
Estaba jodido. Muy Jodido.
Con todo lo que encontraron mi declaración hecha en la comisaría se caía por su propio peso, correos enviados y recibidos con mi lista y la de todos mis contactos se acumulaban allí, en la mesa…solo tuve que “reconocer” firmando hoja por hoja que lo allí impreso se había extraído de mi ordenador personal ante mí… ¿Qué podía hacer? Firmé todas las hojas y salí al pasillo, mas agobiado aun si cabe…sabía que si ya lo tenía difícil, por culpa de mi descuido al dejar el portátil en casa de mi padre me había condenado irremediablemente.
No pude ni mirar al policía a la cara…
Me toca esperar, solo en una silla del pasillo. El juez de Primera instancia quiere tomarme declaración.
Otra vez abogado de oficio, otra vez explicarle de que se me acusaba…otra vez esa cara de extrañeza, esa mirada diciendo
“¿Pero que me está contando?... ¿Has sido tan estúpido como para que te pillaran con esta historia?
Entramos.
Me siento delante de el juez, viste de civil, y aparenta ser más joven que yo…la secretaria de nuevo, la misma que he visto hace una hora, la misma que entró en mi casa, y que, según me contó mi padre, al abrir el armario de mi habitación alertó a los policías de que allí había algo… algo por lo que ellos ni se inmutaron…unas cintas (originales) de juegos de Spectrum… Valiente estúpida.
A la segunda pregunta ya me descoloca completamente, no por obvia, sino por la forma de hacerla…
“Reconoce usted haber enviado esos discos con películas divx?” Léase “dipss” no DIV-EQUIS o similar, el juez pronunciaba a cada oportunidad “DIPSS”…me hacía gracia pero…por supuesto no tenía ni ganas ni cuerpo para sonreír.
Ratifiqué todo lo dicho anteriormente ante la policía, sabiendo que con el taco de hojas impresas que había firmado mi teoría de “descarga de Internet y no posesión del género” se desmoronaba…estaba claro que YO TENÍA ESAS PELIS, y que las había intercambiado, vendido y hasta ofertado, porque los correos impresos con mi cuenta personal de Terra lo demostraban.
Aun así respiré con alivio al ver que nada del tema FTP había salido a la luz, por lo menos ese problema no se me presenta, y por ahora con mi torpeza “solo” había jodido a mi padre.
Volví para Madrid con una espada en la cabeza, sabía que tarde o temprano me llamarían, y esos meses de espera fueron eternos…
Sorpresivamente, el fiscal, ante la falta de pruebas solicita al Juez que se archive el caso, algo de lo que se me informa por carta y que no alcanzo a valorar el desahogo que fue, porque el juez así lo ratifica. Lamentablemente, tal y como imaginaba, TODAS las empresas que defienden los intereses comerciales de las multinacionales apelan esta decisión, y como me explicó un familiar, al ocurrir ésto el juez envía el caso al Juzgado superior, con lo que todo acaba en el juzgado de lo Penal de Oviedo, y un año después, se me cita como IMPUTADO, acusado de violar el Artículo 270 de la Ley de la Propiedad Intelectual:
. Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años y multa de 12 a 24 meses quien, con ánimo de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios.
En fín, que ya me veo en el trullo, o pagando una multa millonaria…
Cuando todo ésto ocurre yo ya he dejado mi el trabajo en Madrid, tras llevar toda la vida fuera de casa surge la oportunidad de “volver a la tierrina” y cambio una empresa de Hosting y Housing de servidores dedicados por trabajar para una empresa menor, pero en Asturias. Obviamente todas las direcciones que había comunicado al juzgado para futuras notificaciones y demás papeleos eran aquí, en Oviedo, así que en mi nuevo trabajo aun estaba más temeroso de que alguien pudiera enterarse del lío en el que estaba metido.
Me informo y voy a ver al abogado criminalista más famoso de la región, sí, ese que defiende a traficantes, a acusados de matar a su esposa, a criminales y casos perdidos…me siento como tal, y necesito a alguien que entienda mi situación.
El abogado me pide que le pase toda la información referente al caso, que se la va a leer y cuando tenga algo claro me llamará. Consigo el expediente del Juzgado de primera instancia completo, (ese que algún día de éstos fotografiaré y escanearé para aquellos que aun dudáis de la veracidad de esta pesadilla) se lo hago llegar y espero su llamada.
Días después vuelvo a su despacho, lo ha leído y bueno, no lo ve tan mal, se le ocurren un par de estrategias pero tiene clara una cosa, y así me lo hace saber, mirándome como el que mira a un estúpido…LA CAGUÉ pero bien CAGADA al declararme directamente culpable, en ningún momento tenía que haber hecho lo que hice, algo que por otra parte ya me había advertido el primer abogado, y que chocaba frontalmente con la opinión del Policía. En fin. Yo necesitaba antes que salvar mi culo salvar el de mi padre, y, aunque fuera un gesto que me honra, me eché kilos de mierda encima con el “buen rollito” con los policías…
Me avisa de una cosa, no vuelvo a decir ni pío…el día que me presente delante del Juez, alegaré mi derecho a no declarar en contra mía y no contestaré a NINGUNA PREGUNTA. Me sorprendo y le pregunto …¿a ninguna ninguna?...
A NINGUNA.
Pasan lo meses y los años, aparece una carta certificada en casa y mi cabeza parece que va a explotar, siento nauseas…llega el momento del juicio…
No podéis imaginar que es estar durante meses sabiendo que vas a pasar por una experiencia como ésta pero con la incertidumbre de no saber exactamente cuando va a ser…
¿Nos vamos de vacaciones? Uf…¿y si me llaman para el juicio?...
Tus viajes, tus relaciones sociales, tus gastos…¿Cómo me voy a comprar ese capricho si a lo peor dentro de un mes tengo que estar pidiendo un crédito para pagar una multa millonaria??? Es un sinvivir. Porque SABES QUE ERES CULPABLE, lo que no sabes es…en cuanto se va a valorar esa culpabilidad…
Influía hasta en las películas que veía en la tele… si de repente aparecía una escena de un juicio…-típica en cualquier producción americana- me daba un vuelco el corazón y me faltaba tiempo para zapear…
El día “D” ha llegado.
Quedo la tarde antes con mi abogado para planificar mi defensa, ya tiene claro “por donde va a tirar” pero, para no desvelar nada, prefiere no contármelo siquiera a mi, es muy importante que no declare, me advierte que a los fiscales y abogados de la acusación esto los va a enfadar muchísimo, porque cuentan con que vuelva a ratificarme delante de este juez… y Ojo, no tiene nada que ver con el anterior, el chavalín de Primera Instancia; ésta es la Sala de lo Penal, donde juzgan a asesinos y criminales…
El juicio es a las 11 de la mañana, he pedido el día en el curro, me asusta que alguien conocido me vea entrar en el edificio…me siento CULPABLE, llevo años siéndolo, pero ahora, a escasos minutos de verme juzgado como un criminal, y sabiéndome culpable, la sensación se amplifica por mil…mi corazón salta en mi pecho de angustia, de nervios.
Citados con el abogado media hora antes, esperando por él en una cafetería cercana, no dejo de darle vueltas a lo estúpido que fui, y lo que una tontería como aquella ha provocado.
Nos acompaña hasta la sala, él se va a cambiar, y aquí me quedo, esperando en el pasillo de los Juzgados de lo Penal de Oviedo; edificio moderno, lleno de escaleras y "pasillitos" donde se mezclan parejas de guardias civiles citados a declarar, o acompañando a acusados traídos de la cárcel de Villabona, con gente de toda clase social, y cuando digo TODA, apunto a lo más bajo...gente de muy mala pinta espera ser juzgado o llamado a declarar, algunos abogados con toga al viento pasean carteras repletas de folios con paso rápido..... Aquí estoy, tras contar en el curro que debo ir al dentista, apoyado de pie en la pared, con la que hoy es mi esposa, mirándome con cara de corderín, con más miedo que yo. Lo recuerdo y me entristezco. Para ella fue muy duro, un Shock.
Reconozco el número de la sala de lejos...no quiero acercarme. Desde aquí ya distingo a uno de los policías, me ve y asiente con la cabeza... esperamos viendo entrar y salir gente de otras salas...caras de susto, de indignación, de miedo.
Aparece alguien en la puerta de "mi" sala, donde me toca ser el protagonista, desde aquí no distingo el nombre, pero el policía se encarga con la mano de hacerme saber que sí, es mi turno.
Paso solo. Absolutamente solo. Dentro a un lado mi abogado, al otro el fiscal y dos abogados de la acusación particular...me miran con desdén, me siento culpable, no ya porque SOY culpable, sino por la forma en que me miran todos...manchado.
Enfrente, en una alta tarima, un juez mayor, de barba blanca, a su lado un "ayudante", mismo aspecto misma barba, pero mas mayor, aunque se distingue bien que con menos "peso específico" en esta representación.
Me hacen sentarme en la segunda fila, al parecer van a llamar primero a los testigos.
Me entretengo un momento analizando al fiscal, es un hombre mayor, escaso pelo, salvo en las cejas, que se alargan muy por encima de la línea natural. A su lado una mujer, alta, elegante, mayor. Imagino que será uno de los abogados de la acusación particular. Otro impecablemente trajeado esta con ella. Me van a bombardear a preguntas, solo con ver la cantidad de folios que tienen en sus mesas me angustio…parece el expediente de un genocida.
...llaman a un perito, "especialista en formatos digitales", se define, traído ex-profeso de Madrid, para declarar que las películas pirateadas por mi, (mandeeee, que yo no he sido!! Solo las he descargado, copiado y metido en un sobre, pero yo no he roto su protección) las películas enviadas son de GRAN CALIDAD, realizado el rippeo del video con aparatos de última generación digitales, hechas con los conocimientos de un "experto" en fusilar películas...vamos que soy el Kevin Mitnick de la conversión de DVD a Divx…
Flipo.
Turno para mi abogado...
Se lo merienda. Empieza por pedirle su Titulación Oficial para definirse como Experto en Dvd's...el tipo empieza a tartamudear...no sabe que alegar, solo acierta a decir que trabaja desde hace años en Madrid para una multinacional...¡¡¡NEEEEK!!! Error. Con ese alegato mi abogado lo acorrala...le pregunta con que criterios tangibles él declara que yo les he roto la protección, como se mide el nivel de esfuerzo por romper esa protección y cual es EXACTAMENTE su vinculación con la sociedad que defiende los derechos de las productoras que me acusan.
Es un asalariado. Con todas sus consecuencias. Pierde toda la credibilidad.
El planteamiento de la acusación es claro, tienen que hacer creer al juez que no solo he vendido, si no que además quieren falsamente demostrar que me he encargado de romper la protección, con lo que la condena aumentará considerablemente. Se ve venir que lo que buscan es una condena ejemplar, y a todas luces rentable publicitariamente, si me caen años de prisión –aunque sean sustituidos por dinero al ser menos de 3 años- aparecerá en los medios de comunicación y será un aviso a navegantes, a todo aquel que quiera ver un negocio en los Divx…
Siguiente testigo, el “interfecto” que había pedido las películas, le han pagado su viaje desde las Islas… no puedo odiarlo, él también es un asalariado, hizo su trabajo. Ni me mira, entra e intenta mantener la compostura, un par de preguntas sin importancia del fiscal. Mi abogado creo recordar que ni le pregunta.
Para finalizar es llamado a declarar uno de los policías, el que registró mi casa, registró mi portátil, el que leyó todos mis correos electrónicos, el que invadió mi intimidad. Con razón o sin ella, no voy a valorar ese detalle, pero… ¿Cómo miraríais vosotros a una persona que sabes que ha leído TODOS tus correos electrónicos?, y no me refiero a los que tratan de incriminarte en ésto, me refiero a los personales. Pensarlo por un momento, yo en esa época bastante tenía en que preocuparme, pero ahora, tiempo después, visitando mi cuenta de correo y sabiendo que alguien más los ha leído pues…no es agradable.
El fiscal se entretiene en preguntarle datos del portátil, para que ratifique que todos los datos encontrados en él son ciertos y míos... Preguntas que son obvias para mi pero que para el juez sirven para entender como he llegado hasta aquí, cuales son las razones por las que estoy delante de él, siendo juzgado.
Turno para mi abogado, donde antes había estado demasiado tranquilo para mi gusto, da un giro de 180º en su actitud y comienza a acosar al policía, primero preguntándole por las razones que les lleva a registrar la casa de mi padre, (obvias, por la dirección del remite del sobre) y acaba por preguntarle Por qué yo soy llamado a declarar a la comisaría…
“Porque el padre del acusado nos responde a la pregunta de ¿de quien es este portátil? Que es de su hijo mayor…”
¡¡¡BINGO!!!



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