Siempre quise escribir esta historia, pero nunca supe como empezarla.

El hecho de que sea mi post número mil, me ha motivado para contar “algo mas”; eso, y que justo hace 5 años de esta triste historia, donde espero que el delito del que fui juzgado ya haya prescrito. Me gustaría que los “puristas del Dvd” sean magnánimos conmigo…

Ésta es mi historia con el Cine en Casa…que acabó Con la Poli en casa.

Remontémonos al año 2000, por circunstancias del destino estoy trabajando en Madrid, en una Multinacional de las telecomunicaciones, en el BOOM de Internet, y de los Divx.

Recuerdo aquella tarde que llegué a trabajar, y encima de nuestra mesa común de Ordenadores, al lado de un teclado, encontré una “tarrina” de Cd’s ya grabados, me llamó la atención por el nombre del primer Cd que coronaba el montón: “Matrix”.

-“¿De quien es ésto?” pregunté…
Me contestó uno de mis compañeros, y me contó todo el proceso. De aquella conocía los Divx, pero no les prestaba atención, ni siquiera a los DvD’s; tenía un reproductor que me había regalado Banesto (el trasto aquel Samsung 511 que tantos problemas daba) y ni siquiera veía películas en él, ni por supuesto compraba.

La descarga desde el Edonkey (de aquella no había Mula ni Torrente, ni Elephant, ni ná!...solo E-Donkey) el grabado a CD, y sobretodo… ¡EL INTERCAMBIO!

Esto fue lo que me encendió la luz, tu empezabas con 10, intercambiabas tu lista con otros coleccionistas a través de Internet, elegías las que te gustaría tener y te citabas en cualquier sitio para “traspasaros” los cromos…

Para mi fue una gran motivación ir acumulando títulos y quemando copias en mi –de aquella- fabulosa grabadora SONY 4x4x24. En menos de un mes ya tenía un par de cientos de títulos, escalaba puestos en una conocida Web de intercambio donde el ranking avanzaba día a día, y en donde yo, con un montón de contactos –quedaba hasta con 4 tíos distintos a la semana- siempre me movía entre los 20 primeros.

De repente me ví con cerca de 1000 películas, y recibiendo correos de gente que quería comprar esas películas, no intercambiar… al principio dije que no, claro está, no había ningún riesgo en el intercambio pero la venta “imponía” respeto…hasta que me pudo la codicia…

Comencé por mandar 5 películas contra reembolso, correo ordinario, a 500 pesetas cada una (creo recordar), y solo en Madrid… ¡por probar! Me dije.

Fue todo tal fácil…que de ahí a hacer envíos de 10 ó 20 fue un paso muy corto…
El repartidor de Correos venia a mi casa todos los días de la semana con dinero en efectivo para mí…

Puse un anuncio en las news, y “el negocio” comenzó a crecer.

Los intercambios se hicieron menos habituales, pero de más cantidad. Recuerdo una vez con mi gran amigo Richie (que sería de él) y es que a base de quedar para cambiar cromos, llegamos a hacer amistad, incluso un día fui a su trabajo para ver como “producía” discos, bajándolos en la oficina, grabándolos y organizándose para cambiarlos con otros como nosotros. Sus motivaciones eran completamente distintas, se iba a casar ese verano y con la hipoteca y demás no podría salir de casa ni para un café, así que estaba acumulando cine para pasarse todo el invierno metido en su nuevo hogar sin echar de menos los estrenos de la época. Y vamos a centrarnos que me desvío. Pues recuerdo que en una de nuestras “citas” nos cambiamos 50 pelis así, de una vez.

No recuerdo cual fue el total que llegué a alcanzar. Solo sé que en poco tiempo me compré un Monitor Sony Trinitrón 17’’ que de aquella época era lo máximo. Pago en efectivo.

Llega el verano del 2001, y con el ocio veraniego abandono un poco los envíos, llega un momento en que hasta me puedo permitir el lujo de elegir que envío o que no. De algunos correos paso, de otros, si las pelis ya las tengo grabadas, pues al sobre acolchao y pa'correos.

Recuerdo que tenía un sobre encima de mi mesa, la dirección ya cubierta, y solo me faltaba ir a la oficina, pero solo por ese envío (de unas 5 películas) me daba mucha pereza. Ahí estuvo una par de semanas, y en aquella época ya se empezaba a ver en las noticias y en páginas como elotrolado.net que esto iba a explotar por alguna parte, las distribuidoras se quejaban y denunciaban lo que todos sabíamos, si hay Divx, ¿para que comprar Dvd? la gente hablaba de Divx, vivía en Divx, y todo el mundo tenía Divx que decían se veían mejor que un Dvd ...

Estaba con la mosca detrás de la oreja, así que ese último envío, ya que lo tenía preparado, lo llevé a Correos, pero con una diferencia, como remitente, puse la dirección de mi padre, en Asturias, simplemente por seguridad, que el cobrara el dinero no era problema, y si pasaba algo (que nunca lo pensaba) no sería en Madrid, en mi casa.

Dos meses después la Policía judicial de delitos informáticos se planta en la puerta de la casa de mi padre acompañada de una secretaria del juzgado y con una orden de registro…


---Continuará---