Vista ayer en su estreno.
La película es maravillosa, es una delicia pero creo sólo lo es para aquellos que conocen bien la vida del artista. Y lo digo precisamente porque en pro de la idealización que Mangold quiere hacer de aquella época, cuenta cosas que no pasaron en realidad para conseguir dibujar ese sentimiento que sin duda sí que es el que todos tenemos en la cabeza sobre esa parte tan importante de la vida de Dylan. Y lo hace muy bien. Si un fan de Dylan pretende ver un acercamiento a su figura completamente fidedigna que punto por punto describa los verdaderos acontecimientos que pasaron en realidad se va a llevar una decepción muy grande, porque no es eso lo que se pretende hacer aquí.
La película pretende contar el cambio de rumbo que Dylan decidió tomar en ese determinado punto de su vida y por qué. Aunque sólo lo consigue en parte. Mangold idealiza la historia como homenaje a una de las muestras de personalidad y madurez más importantes de toda la historia de la música.
Chalamet está extraordinario aunque no acaba de capturar toda la complejidad del carácter del músico. Dylan, ya en su juventud, era mucho más inteligente, cínico y sarcástico de lo que se muestra aquí. Dylan era todavía más irreverente, pero el ensimismamiento que dibuja el actor unido a ciertos gestos y rasgos de inconformismo sí que son maravillosos. Sin embargo intuyo que el problema de este desequilibrio viene más dado por el texto y por cómo Mangold dirige al actor que por su habilidad interpretativa, porque todo lo que muestra Chalamet en la película está en Dylan.
Lo que menos me ha gustado es el dibujo que se ha hecho de Joan Baez y su relación con Dylan. Creo que condiciona demasiado la película y puede confundir demasiado al espectador que no conozca bien los hechos y llevarse una impresión que se aleja demasiado de la verdad.
Pero bueno, por lo demás, la película está muy bien. La fotografía es estupenda, la textura y la iluminación ayudan una barbaridad a recrear la época y los círculos en los que se movía Dylan. Hay que tener en cuenta que hay mucha documentación al respecto y Mangold tenía que recrear muchos momentos que ya están grabados en la memoria de los seguidores del músico, así que tenía que acercase con la imagen a un sentimiento ya preestablecido en la mente de la gente con mucha fuerza. Y no sólo lo consigue sino que lo hace de forma muy bella, además.