Lo último que recuerdo de este actor es su papel en La casa del diablo, lo que me lleva a hablar de Mary Woronov. Fue musa de Warhol en sus inicios, luego chica Corman y su filmografía está plagada de títulos de culto como Noche silenciosa, noche sangrienta (1972), Seizure (1974, debut de Oliver Stone), La carrera de la muerte del año 2000 (1975), ¿Y si nos comemos a Raúl? (1982), TerrorVision (1986), Warlock (1989) o Los renegados del diablo (2005). Una actriz con semejante filmografía bien merece un recordatorio, ¿o no?



Timothy Bottoms es uno de mis actores fetiche, y como ya nadie le recuerda toca reivindicarlo. Y es que pocos actores han tenido un inicio tan apoteósico como él: Johnny cogió su fusil (1971), The Last Picture Show (1973) y Vida de un estudiante (1973). Lamentablemente, su carrera fue menguando en calidad y cantidad, y su nombre quedaría relegado a productos de segunda fila (con anecdóticas apariciones en Las cosas que nunca mueren de Tony Richardson o Elephant de Gus Van Sant).



Y cierro el circulo con la compañera de reparto de Bottoms en Vida de un estudiante, la carismática Lindsay Wagner. Puede que su nombre no os suene de nada, pero si os digo La mujer biónica, casi todo el mundo reconocerá su rostro. Se encasilló en su papel y lo cierto que su carrera ha estado unida a la televisión. Algunos de sus escasos títulos para la gran pantalla son: Encuentro en Marrakech, Halcones de la noche, Ricochet o El día de Martin.