Revisando como estoy Homeland, me vino de nuevo ese tema que a veces entre amigos sale en alguna conversación sobre actores que se adaptan perfectamente a casi cualquier papel y otros que no pueden escapar de su alter ego de la pantalla.


Un caso muy notable es el de Damian Lewis, un actor que hasta Homeland, para los seguidores era hasta entonces el mando del ejército Estado Unidense Richard Winters, pero ahora mismo y porque la ha visto mucho más gente, su imagen evoca otro nombre, el de Nicholas Brody, que es otro gran papel.

Ahora dicen que en Billions hace otro gran papel, así que habrá que verla...


Pero en la otra cara de la moneda están esos actores que no se pueden quitar el San Benito de encima...

Cuando alguien ve a Hugh Laurie, la imagen que le viene es la de House y básicamente nada más, parecido ocurre con Michael C. Hall, donde al verle es imposible evocar otro personaje que no sea el de Dexter.

Casos similares son el de Harry Potter/Daniel Radcliffe, Frodo Bolsón/Elijah Wood, Haley Joel Osment/el niño del sexo sentido, Luke Skywalker/Mark Hamill o básicamente todo el elenco de Friends, quizás a excepción de Jennifer Aniston.