No voy a negar que la fórmula que plantea Aki para su nuevo film, como mínimo sorprende, y rompe el hielo en su estructuración fílmica, dícese de forma vulgar, un film serio made in Aki, con un film de paridas made in Aki, y al salirse de esta bendita zona de confort, por lo menos, es de agradecer, ya que se adentra en el cine mudo dentro de su mundo, y para mi encaja bien, sin entusiasmar, pero el experimento funciona y se goza.
La estructuración del film es simple, sin complejidades ni florituras argumentales lejos del que no sea un melodrama de manual de hechos pero adaptado al mundo AKi. La intro con el subrayado de lo cómico, esos bailoteos de felicidad son sólo momentos puntuales que supongo que son más homenaje que otra cosa, ya que después desaparecen. El film va directo al grano, con esa duración tan querida marca de la casa de no pasar de los 80 minutos, el villano, a mi si que me convence, y los dos protagonistas también. Y la banda sonora es muy prominente, quiere destacar y destaca, a mi no me ha resultado para nada molesta, quizá algo reiterativa, pero nada grave. Está claro, como punk rockero, hecho de menos a los Melrose de turno, pero he de reconocer que hubieran sido de difícil el encaje de ello.
En resumen, un film agradable de ver, con un propuesta formal muy atrayente, yo diría que es punto fuerte del film, con un trío de actores que resuelven muy bien dentro de las leyes de AKi y el cine mudo ,el poco diálogo en su cine hace que el experimento no sorprenda tanto como debería quizá, pero repito, yo agradezco estos cambios para evitar el cansancio en una revisión semanal, que por ahora sólo he notado en la segunda parte de los Leningrads.
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