Evidentemente que la situación económica es la clave; pero yo no me refería a eso, sino al tema de ahorrarnos unas pelas esperando a rebajas (no por estar mejor o peor económicamente en un momento dado, sino por pura estrategia de comprador). Yo me considero un buitre carroñero y voy rebañando todo lo que me gusta a precio de saldo, pero es que me luce comprar barato. Lo único que quería decir es que con ciertas cosas no me puedo reprimir y las compro al precio de salida porque me hace mucha ilusión tenerlas ya (no por temor a que se agoten o no se agoten, sino por puro VICIO).
En cuanto al tema económico, como profesional liberal que te voy a contar, voy oscilando entre épocas estupendas, temporadas de equilibrio presupuestario y meses de auténtica penuria. Ya estoy acostumbrado, no problem. La jugada es fácil: cuando tengo más, gasto más; y si voy más apretado no compro ni las palomitas gratis de la fnac.
Y luego una última cuestión que no hay que olvidar: en mi caso (hablo por mi, claro, no por nadie más, ya que no conozco casos particulares de cada cual). Sí, me he gastado doscientos pepinos entre el huevo y sonrisas y lágrimas y alguna cosilla más, peeeeero, amigos, es que para gastarme eso, he dejado de reservar y comprar otras 30 cosas que también quería

. ¿O es que alguien puede tenerlo todo? (ya, ya se, Canus sí puede tenerlo todo, pero, joder, para algo es el Rey). Mi vida de comprador cinefágico es una balanza en la que por cada cosa que compro dejo de comprar cinco.

Por eso, siempre ha de primar lo que más ilusión nos hace en el momento dado.
el huevo
