¡Mirá qué jartá! ¡Vaya par de cracks!

La explicación, aunque como sé que no sóis precisamente tontos ya la sabréis, es muy clara: si quería que se viese el trenecito de debajo, el bicharraco debía subirse hasta bien arriba... casi a la altura de la nuca, en efecto. Atrapanucas, es una mutación derivada del facehugger; al entrar en mi habitación y ver lo que allí había, se asustó y no tuvo más remedio que transformarse en otra especie.