Es la diferencia entre una situación cómica surgida de la espontaneidad de la relación humana y las que se buscan para deleite de quien tiene que ver la película para edulcorar fallos. Aquí el guión no trata de hacer reír, pero te ríes, después de sentir pena, asco y resignación.
Creo que su éxito es la naturalidad con la que se maneja el director. Como si esos personajes solo escucharan una voz diciendo acción y se dejaran llevar.
En la anterior de McDonagh sí que el humor trataba de restarle al drama y sí que se buscaba un contrapunto.
Aquí tenemos unos personajes que pudieron ser de verdad porque no parecen inverosímiles. Y eso muchas veces se finge.
Reposada más y habiendo pensado en ella creo que no es neceseario verla para darse más cuenta de que el aislamiento tiene sus consecuencias.