Un amigo se compró un velero hace unos años. Lo compró cerca de la costa de Gerona y decidió navegar con él hasta Hendaya, lo más barato y cercano que encontró a donde vivimos.

En Portugal se le jodió nosequé del motor y lo tuvo que dejar allí y para ir a recogerlo nos dijo a unos cuantos amigos si le acompañábamos y hacíamos la travesía que quedaba juntos.
Dijimos que sí, claro, vaya aventurilla, ir en velero por toda la costa de Galicia, Cantabria, etc...

Estuvo muy bien por la novedad, pero acabamos todos hasta las pelotas de las incomodidades del barco. Al llegar al pueblo portugués donde estaba amarrado empezó un temporal que nos tuvo casi una semana sin poder salir. Cinco días durmiendo en el barco, incómodo, con olores, ruidos, baño deficiente que nadie usaba, la cocina en puerto ni la usábamos, pero en travesía era un circo hacer algo de comer, el temporal trajo lluvia y era un coñazo...

Luego fue muy divertido y emocionante, pero para unos días sólo.
Desde luego estar ahí viviendo en puerto no era tan divertido como parece en las pelis, o Sonny Crockett con su alligator, era bastante incómodo. Eso si no te mareas, que un amigo de los que fue se mareaba con sólo poner un pie en cubierta, ese sí que se divirtió, medio trayecto vomitando

El lado romántico al final se convierte en un auténtico coñazo. Y lo de la pasta... es bastante sableo también. No sé cuánto nos clavaron en Santander por hacer escala, pero no fue poco.