Este es un absurdo que se repite con muchísima frecuencia en las ediciones de películas musicales (y no sólo de Warner, que son asiduos, sino tambien de Columbia y de Fox).
No sé qué mente privilegiada decide que las letras de las canciones no tienen significado alguno y , por tanto, es superfluo traducirlas (cuando en muchas películas contienen cláves argumentales para lo que sucede después), pero el caso es que el disparate es recurrente y no se corrige en absoluto con el paso del tiempo y las protestas.