En tiempo lejano, en los de ezboard, hubo un post sobre la miniserie Angels in America, que yo, particularmente, considero bastante interesante. Aprovechando que hoy la serie comienza a emitirse en Canal+, me permito volver a abrirlo copiando lo que puse en su día:



He terminado de ver Angels in America, miniserie de la HBO basada en la obra homónima de Tony Kushner, ganadora del Premio Pulitzer y advierto que no la he leído así que no tengo ni idea de si respeta el original. Son seis horas de extraños acontecimientos donde se narra la historia de Prior (Justin Kirk) un homosexual enfermo de SIDA en los EE.UU de los ochenta. Digo extraños sucesos porque desde luego no es una historia nada convencional. Está llena de todos los tópicos ochenteros (que por otro lado no dejan de ser ciertos) sobre la enfermedad y lo que la rodea y se presenta todo como un drama donde todo el mundo tiene que sufrir mucho muy en la línea de Compañeros inseparables. Sin embargo, la originalidad de Angels in America radica en la introducción de elementos sobrenaturales totalmente surrealistas. Intento contar el argumento sin realizar spoilers:
Prior es el novio de Louise, un judío cuya familia le repudia por ser homosexual. Un día, Prior le confiesa que está enfermo de SIDA y la Louise, sin apenas tiempo para reaccionar no encuentra otra salida que abandonar al que ha sido su pareja durante casi cuatro años. Esto lleva a Prior a sumirse en una profunda depresión que comienza a provocarle extraños sueños. ¿O no son sueños? Prior comienza a ver sus antepasados en apariciones fantasmales, cree que es producto de su enfermedad ¿o no? Es todo demasiado real. Sus antepasados, cuales arcángeles le anuncian la llegada de alguien. Al mismo tiempo, su exnovio ha encontrado a otra persona: Joe, un mormón republicano, defensor de la política de Reagan, casado con una mujer que sufre de extrañas alucinaciones y una madre posesiva (Meryl Streep). Ambos hombres comienzan una relación. Joe se evade así de su enferma mujer llamada Harper, (interpretada por Mary-Luise Parker) y Louise encuentra así la manera de evadirse de la enfermedad de Prior. Sin embargo, las aluciones de Prior y de Harper comienzan a entrelazarse. Y llega entonces, la persona anunciada: un ángel (Emma Thompson) que viene a anunciar a Prior como profeta.

No cuento más porque no quiero spoilear y creo que es necesario ver la serie para poder seguir indagando en el argumento porque no me ha quedado nada claro. Sigo sin terminar de entender la teología que defiende la película. Por un lado me parece facilona y simple, como Dogma de Kevin Smith, por otro, complicada de entender. De hecho, sobre todo en la segunda parte de la serie, se llena todo de referencias bíblicas que yo ya tengo muy olvidadas y no me es fácil terminar de seguir el argumento. Por otra parte está muy clara una de las intenciones del autor: criticar duramente esa etapa de los EE.UU y su política en muchos aspectos, especialmente en el lado social, cosa que se ve perfectamente en el divertidísimo y estupendo diálogo al comienzo de la película cuando Joe y Louise se conocen, o el papel interpretado por Al Pacino donde hace del típico abogado repugnante, racista, manipulador del sistema y asquerosamente rico que oculta su homosexualidad y su SIDA, todo ello al tiempo que se hace una defensa bastante surrealista de la libertad sexual.
Hay que destacar como curiosidad que la mayoría de los actores interpretan varios papeles tan perfectamente caracterizados que en algunos casos, si no llego a ver los créditos no me habría enterado.
Destacar por otro lado, la extrema belleza de la serie que arrasó en la última edición de los Emmys artísticos. Una estética cuidada en el detalle que se ve rota en ocasiones con algunos efectos especiales especialmente torpes (véase por ejemplo el rayo que lanza Emma Thompson contra Prior o los fantasmas disneyanos que aparecen).