Esto abre un debate interesante, en relación al estado de la industria en que nos encontramos ahora mismo, y que merece una pequeña reflexión (ahora que estoy de puente y tengo tiempo para ello)
En un momento en que los grandes estudios confían sus beneficios anuales (e incluso su futuro), a las grandes franquicias y blockbusters, dejando en un segundo plano las producciones de presupuesto mediano como ésta, productoras intermedias como Skydance deberían de asumir el papel de ser impulsoras de un tipo de cine (lo siento, me niego a llamarlo “productos”), más arriesgado y transgresor. Si algo estamos observando en los últimos años es que las producciones de 150 millones están milimetricamente pensadas para agradar a cuánta más gente mejor. ¿El resultado? La mayoría de ellas son espectaculares y entretenidas, pero también planas y aburridas. Por cada Logan hay diez Fast and Furious. En teoría, una producción de 50 millones de dólares debería tener más libertad para buscar y encontrar tonos más serios y reflexivos. Que en esta tesitura un film como Geostorm tenga distribución internacional en cada puta sala de cine y que un film como este se vea condenado al VOD fuera de Norteamérica es de una injusticia de tal calibre, que clama al cielo.
Hace un par de meses hemos asistido al estreno de la esperada secuela de Blade Runner. Tras 250 millones de recaudación global, el film se considera un fracaso taquillero (entre otras cosas porque Sony se gastó la friolera de 150 millones en su presupuesto). AHÍ está el problema.
Es una verdadera pena que en un mundo globalizado como este, las únicas pelis rentables en una sala de cine solo puedan ser megafranquicias, secuelas, reboot´s, y films de animación para toda la familia. Miro hacia atrás, y constato que ahora sería imposible estrenar ese añorado cine sci-fi de los setenta… o incluso una película tan iconoclasta como el remake de Solaris que hicieron Soderberg y Cameron hace tan solo diez años. Simplemente no hay espacio para ello. El anterior esfuerzo creativo de Garland, aún con las buenas críticas y el gran recibimiento de la prensa especializada, se saldó con apenas treinta y cinco millones de recaudación mundial, la mayoría de ellos en USA. Era suficiente para una peli que costó apenas 15 millones, pero una empresa como la adaptación de la novela de VanderMeer necesitaba más dinero, y se hace evidente que eso te hace pagar más peajes de lo debido…
Soy un fan irredento de la ciencia ficción desde que me regalaron mis primeras novelas del género allá por los ochenta. Con el brutal avance en los efectos visuales en la última década, de verdad que soñaba con ver adaptadas al cine libros maravillosos de Niven, Simak, Asimov, Bradbury y tantos otros. Veo con gran decepción que esto cada vez es más difícil. La única tabla de salvación que veía era que las productoras se lanzarán a hacer pelis de presupuesto modesto. Arrival fue un buen (y aislado) ejemplo de ello.
No se si este film será un peliculón o un truño “intelectual” y “complicado”, pero lo que sí sé es que si una peli como esta no puede tener la oportunidad de poder verse en cines, estamos jodidos…
... y ahora me voy a poner Hasta que el destino nos alcance en el Home Cinema. Charlton Heston y distopia pura y dura hecha con cuatro duros... que más se puede pedir
Un saludo.