Piedrahita empezó bien, pero luego se enrolló con toda esa poesía de segunda , que tanto le gusta repetir y que tanto cansa dándole vida a los objetos..

debería limitarse al humor, que lo de la ternura me da bastante grima.

ah, tanto la tía, como el reportero de las rotondas, Sobran

y del anuncio de los berberechos, mejor ni hablar.