La ballesta que usó el menor fue regalada al padre hace 20 años.
La policía catalana halló otras tres ballestas en el dormitorio del menor, aunque de juguete, que el chico había fabricado con alambre y gomas. En el mismo dormitorio fueron encontradas dos escopetas de balines —guardadas en fundas, de las que se usan en ferias— y un machete de grandes dimensiones, según fuentes judiciales.
La madre del menor es enfermera, el padre es trabajador social y el chico tiene una hermana que también asiste a clase al Joan Fuster.
Montserrat Pàmies, presidenta de la Sociedad Catalana de Psiquiatría y Psicología Clínica Infantojuvenil, explicó que los casos de brotes psicóticos en menores de 18 años son muy poco frecuentes. “Solo ocurre en el 0,05 % de los casos antes de los 14 años”, explicó la experta.
(Fuente: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/04/...66_988579.html)