En el festival de San Sebastián (creo que era ) la prensa de aquí lo ridiculizó, por haberse atrevido a vulgarizar a Shakespeare poniéndolo a bailar música popular (easy listening) Americana. El se defendió diciendo que aunque tiene mucha paja, la premisa de la obra es muy divertida y se le ocurrió que podría funcionar cómo los grandes espectáculos musicales de antaño.

Hay unas entrevistas bastante incómodas, la verdad. Se pasaron un poco bastante con el.