Me llama mucho los últimos títulos made by Kenneth Branagh, aunque no se si ire al cine o esperare al formato domestico.
Me llama mucho los últimos títulos made by Kenneth Branagh, aunque no se si ire al cine o esperare al formato domestico.
A mí me ha gustado. Encuentro en ella muchas virtudes del mejor Branagh, pero también estoy de acuerdo con Tonk en lo referente a su naturaleza literaria. No deja de ser una comercialización de sus contenidos, poco interesada en lo detectivesco (muchos hilos sueltos al final), cargada de innecesarias subtramas y descuidada con sus personajes (casi anecdótico el de Penélope Cruz, ese mismo que brindó un Óscar a Ingrid Bergman). En todo ello a años luz de una joya tan imponente narrativamente como la del 74.
Ahora bien, "que me quiten lo bailao". Será que me cansa ya tanto ruido. Donde esté un buen cinemascope y un cineasta que entienda la importancia del "PLANO", que se quite cualquier blockbuster. Tanto es así que el director juega a ser Lumet, un cineasta del que se ha confesado fiel seguidor (lector asiduo de su libro) en la secuencia...
Spoiler:
"Reivindico la melancolía porque somos lo que fuimos" Carlos del Amor
Atticus, al que tengo en gran estima, me ha animado a escribir este texto.
Branagh y la fidelidad. Ese concepto.
Charlando con Zack por privado, y hablando con mi mujer, extrañamente parece ser que es lo que uno espera de una peli de él basada en material literario; "será fiel y respetará el original, nada que temer si está al mando". Es interesante, decía, porque en realidad es total y absolutamente falso. Fascinante cómo funciona a menudo la mente humana. Pero vayamos caso por caso, si os parece. No entraré en el aspecto formal, pues que rueda -en la mayoría de ocasiones- cómo Dios es algo que a estas alturas ya debería darse por hecho. Solo por su talento con la cámara Branagh debería tener mucho más prestigio y reconocimiento -cómo director de cine- que el que tiene.
Enrique V es un monstruo de Frankenstein (je), que toma elementos, escenas y diálogos de la obra homónima, Enrique IV, Las alegres comadres de Windsor y Enrique VI (¡¡).
Añadamosle retoques y cambios de cosecha propia, líneas de diálogo ad hoc para potenciar el impacto dramático, frases adjudicadas a personajes que no las dijeron en el original, potenciese el elemento dramático y de acción por encima del thriller político y el estudio de caracteres del texto del Bardo -aunque alguna escena queda al respecto- y lo que se obtiene es una cinta de dos horas y veinte que es más una reinterpretación de las constantes temáticas de Shakespeare pasadas por el tamiz de un AUTOR con una visión personalísima y arrolladora que una traslación pulcra de la disección político social de la sociedad inglesa de la época que suponía el texto original. Obra maestra, si, -a mi juicio- fascinante, también, ¿pero fiel?. No deja de ser una comercialización de sus contenidos, ;) una "banalización vulgar, donde prima más la espectacularidad que el estudio de caracteres ", que diría un viejo amigo mío, catedrático de filología inglesa.
Yo no lo veo así, claro, o, al menos, no me parece que sea algo negativo per se, pero la comercialidad y el gran público siempre han sido el objetivo del director irlandés. Siempre.
Mucho Ruido y Pocas Nueces (AKA, un anuncio de yogur griego de 2h de duración con travellings y planos secuencia cojonudos), eliminaba casi por completo de la trama los elementos más drámaticos - el personaje de Don Juan y sus maquinaciones son sensiblemente acortadas-, y las pullitas sardónicas entre la pareja protagonista tienen más sustento cómico que ácido. Aquellos que si están presentes, cómo todo lo relacionado con Hero, están rodados más cómo una tragedia del autor -esto es, cartasis emocional seguida de redención y muerte, atención a los primeros planos y al llanto desgarrado- que cómo acto cruel y vengativo propiciado por las maquinaciones de un ser absolutamente despreciable -es más, cómo malo maloso, el don Juan de Keanu está llevado casi a la parodia, igual que lo está, en su comicidad, el Dogberry de Michael Keaton. Esto es, lo sucedido a Claudio era necesario para la feliz conclusión , podríamos decir que ineludiblemente, pues forma parte del pathos del personaje.
Hamlet , supone, en palabras de nuestro compañero BruceTimm, probablemente la mayor manifestación de COJONES AUTORALES vista en los últimos 20 años. Desde la literalidad del texto (adaptación integra, recordemos), Branagh acomete su interpretación primero, desde el cambio de época y tono -atrás queda el lúgubre e introspectivo, reflejo del interior del personaje, castillo medieval- pasando por su Hamlet, emocional, intenso, un polvorín -para algunos una reinona loca insoportable y para otros el Hamlet definitivo- que deja salir toda esa ebullición interior, con instante casi diriase esquizofrénicos- y que se permite jugar referencialmente y CONTRADECIR a Shakespeare primero y desde la dirección de actores, apuntando sin rubor a Polonio cómo encubridor y/o cómplice del asesinato de su padre, segundo, estableciendo insertos que denotan la tórrida relación CARNAL CONSUMADA que el y Ofelia han mantenido, con lo cual se produce un juego interno con el propio texto -los flashback son escenas en silencio-, cuando a modo de voz en off, Ofelia explicita lo contrario -recordemos que Branagh no cambia ni una coma- con lo cual los personajes (y por extensión, el BARDO), mienten descaradamente-, y por último, haciendo lo mismo con Fortimbrás, -que manda cojones- mediante la inserción, de nuevo, de flashbacks que NIEGAN la voz en off que les acompaña, y que convierte a los planos finales en algo tan irónico cómo negro se intuye el futuro de Dinamarca.
Estamos hablando de una de las obras literarias mas importantes de la historia de la humanidad, y va este tipo y NIEGA LA MAYOR (ESTABAS EQUIVOCADO, WILL) sin necesidad de cambiar ni una coma de sitio. TROLL MAXIMO. OLE TUS COJONES.
Trabajos de Amor Perdidos, se lleva la trama a poco antes de la primera guerra mundial -lo que de nuevo, sirve cómo catalizador para el devenir de los personajes, se lía a quitar paginas y páginas de texto y los sustituye por canciones easy listening de los años 30-40, un musical de los tiempos del Hollywood dorado rodado cómo cristo y muy vitalista, elimina todo componente dramático de la trama y en esencia destila los personajes hasta quedarse con los rasgos esenciales de cada uno.
Modifica el final y aligera, cuando no borra de un plumazo, cualquier atisbo de conflicto interior. Deliciosa, joya incomprendida.
Cómo Gusteis tiene en el plúmbeo texto un respeto inusitado por la intenciones de Shakespeare, aunque Branagh estructura su cuidada puesta en escena en bloques y planificación similar a la del teatro japonés kabuki -con un par- , y entre destierro y destierro y boda y boda, hay tiempo para que los actores ejecuten, atención, GAGS insertados entre parlamentos y monólogos del bardo, que definen el planteamiento y tono pretendidos ; comedia pastoril con toques drámaticos. Del teatro Kabuki extrae Branagh la osadía de contrastar la literalidad de la trama -aquí si- con elementos cómo un ataque ninja -sip-, las ceremonias japonesas de la corte o el vestuario y diseño de producción. Curioso y revelador resulta, a ese respecto, los paralelismos entre los rituales y tradiciones culturales del Japón de la época con los parlamentos declamados por Jacques -magnificamente interpretado por Kevin Kline.
En fin, me faltarían Frankenstein, Sleuth y Cenicienta, pero he preferido centrarme en sus Shakespeares, que es de donde le viene la fama de la fidelidad al original. Lo que es un AUTOR personalísimo, MUY culto, con un talento FORMAL enorme, con unas constantes muy definidas, y precisamente porque se nota que conoce al dedillo el material que trata puede reinterpretarlo tan osadamente, sin necesidad de pervertir su esencia. Pero FIEL a la intencionalidad discursiva de la letra, jamás ha sido.
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Última edición por Branagh/Doyle; 25/11/2017 a las 16:42 Razón: Correcciones varias
"There’s this misconception these days that a thematic score means a dated-sounding score. This, of course, is a cop out. There’s no reason to throw the baby out with the bathwater. The art of composing modern scores is the having the skill set to keep motifs alive while being relevant. But too many times, newer composers have no idea what fully developed themes are because they grew up on scores that are nothing more than ostinatos and “buahs.”
John Ottman.
Puntualización a cosas que habéis comentado, que creo que ya estaban en la adaptación de Lumet, la cual he revisado.
A) Finney se lleva también la mayor parte del metraje, en torno a un 80%, diría.
B) Su Poirot es algo histrionico, sobreactuado y excesivo, con bastantes toques de humor francés. Mejor que Suchet, pero peor que Ustinov.
C) Solo los personajes "importantes" tienen desarrollo más allá de una perfilación general. Normal, por otro lado.
D) Ingrid Bergman aparece muy poco... porque su personaje aparece muy poco.
E) Dirección justita, más allá del plano de presentación del tren y algún otro momento de planificación visual aislado.
F) Una planificación FORMAL más audaz podría haber evitado esa sensación de cierto estancamiento que se produce en cuanto a su estructura narrativa una vez se entra en harina, la cual sigue el esquema clásico whodunit (sospechoso presentado/ interrogación/ exposición casuística- se pasa al siguiente, así hasta la reunión final para las conclusiones del caso).
G) No comprendo por qué al inicio Lumet nos desvela la relación entre el personaje de Connery y quién todos sabemos. Al no reservarlo para más adelante, se pierde el impacto de dicha información.
En definitiva,, meramente correcta, sin duda no de las mejores de Lumet. Al menos, infinitamente superior al capítulo realtivamente reciente de David Suchet, que pese a tener unos inmensos Toby Jones y Jessica Chastain en el reparto, me pareció un completo espanto.
Y Branagh que no se me escantille, qué saco el látigo rápidamente, por muy fan que sea.![]()
"There’s this misconception these days that a thematic score means a dated-sounding score. This, of course, is a cop out. There’s no reason to throw the baby out with the bathwater. The art of composing modern scores is the having the skill set to keep motifs alive while being relevant. But too many times, newer composers have no idea what fully developed themes are because they grew up on scores that are nothing more than ostinatos and “buahs.”
John Ottman.
La he visto y me ha encantado. El señor Branagh le da un toque muy personal y hace de Hercules Poirot un personaje soportable para la pantalla.
Excelente film que supera el buen quehacer de Lumet en la versión anterior.
Mañana te digo cuando vea la de Branagh.., pero de momento así quedaría mi ranking de Poirot.
1. Ustinov
2. Finney
3. Suchet
"There’s this misconception these days that a thematic score means a dated-sounding score. This, of course, is a cop out. There’s no reason to throw the baby out with the bathwater. The art of composing modern scores is the having the skill set to keep motifs alive while being relevant. But too many times, newer composers have no idea what fully developed themes are because they grew up on scores that are nothing more than ostinatos and “buahs.”
John Ottman.
Kapital, si no te importa, dejo tu vídeo por aquí:
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"There’s this misconception these days that a thematic score means a dated-sounding score. This, of course, is a cop out. There’s no reason to throw the baby out with the bathwater. The art of composing modern scores is the having the skill set to keep motifs alive while being relevant. But too many times, newer composers have no idea what fully developed themes are because they grew up on scores that are nothing more than ostinatos and “buahs.”
John Ottman.