Es que estas situaciones son más complicadas de lo que parecen a primera vista y, a veces, las generalizaciones o las soluciones simplistas hacen más daño que bien. Lo que para unos puede ser positivo, podría ser nefasto para otros. Pontificar a bote pronto y sin atender a razones puede generar situaciones injustas y efectos indeseados.

Del mismo modo que quitar importancia a la epidemia durante semanas y contra las advertencias de organismos supranacionales nos ha llevado donde estamos, se puede caer en el extremo contrario y provocar daños colaterales que no se contemplan y pueden evitarse.