En las horas perdidas. Definitivamente Cameron es el rey:


Por una de esas casualidades de la vida, uno de mis profesores de este año, guionista de Intacto, y amigo de Juan Carlos Fresnadillo, nos contó en clase una anécdota reveladora de un tercero, James Cameron.

Como sabéis, Fresnadillo prepara una película, Wednesday, para Steven Spielberg, que será productor ejecutivo de la misma. Barajaba varios nombres para protagonizarla, el primero de ellos, el del fallecido Heath Ledger, que además parecía tener la agenda libre para las fechas previstas del rodaje. Pero por motivos obvios la elección se truncó, así que había que buscar más. Uno de los actores que interesaban participa actualmente en Avatar, de James Cameron. Así que hablaron con el director para ir al estudio a hacerle una prueba al actor.

Aquí llega lo interesante. Cuando llegan al estudio, una de las naves que usaba Howard Huges para construir sus aviones, se encuentran con un croma que envuelve todo. Un decorado totalmente vacío. A un lado de la nave, un porrón de informáticos y técnicos sentados en sus ordenadores. En medio de todo, el actor, y James Cameron con un cacharro en la mano. James Cameron les dice a Spielberg y Fresnadillo que si quieren ver como funciona aquello. Ellos encantados, aceptan. Cameron da unas órdenes al actor, lleno de sensores, que ejecuta sus movimientos. Los informáticos se ponen a currar como locos, al instante, James Cameron tiene en ese cacharro que tenía en sus manos, al actor, en pleno decorado virtual, y la posibilidad de planificar y moverse en ese decorado. Es decir, tiene todo un entorno digital completamente elaborado listo, mucho antes de ir a postproducción. Además con esa especie de cacharro-consola, Cameron puede corregir el tiro de cámara, girar en torno al personaje, variar el tamaño de plano y todo lo que quiera. En vez de planificar antes, lo hace ya sobre la propia grabación. Efectos digitales en tiempo real. Increíble.

Así se las gasta James Cameron, que se ha gastado ya más de 200 millones de dólares en su película, muchos de los cuales, si no la mayoría, han ido al desarrollo de esa tecnología. Spielberg y Fresnadillo con los dientes largos, por supuesto. Algo que ya había conseguido un rato antes al mostrarles el sistema de proyección 3D creado también por Cameron. Un sistema que se prevee que se utilice también para eventos deportivos. Según Fresnadillo parecía que las cosas salían incluso de detrás de él.
Por lo que leo puede que estemos ante la película del año, la década y el sistema informático "pelotazo" del cine.