Avatar es un ejemplo que como realizar grandes y pequeñas escenas de acción, de cómo montarlas para no perder detalle y ser consciente en todo momento de su grandiosidad, un ejemplo de cómo usar excelentemente el CGI, sin duda la cúspide del logro humano en cuanto a efectos visuales y poderío visual. Avatar está repleta de planos bellísimos como por ejemplo la llegada de la nave a Pandora y la vista de ésta con el planeta justo debajo. Pero lo mejor es la inmersión que produce en ese universo inconcebiblemente rico y majestuoso, inventado por completo y estudiado al detalle. Con unos personajes completamente realistas aunque hayan sido generados por ordenador. Y por supuesto, tiene un magnífico guión que aunque sencillo, sabe llegar a todo tipo de público, desde mayores hasta pequeños. Avatar es una película magnífica y el único motivo por el que muchos la han criticado es porque su director es James Cameron y se esperaban mucho más de ella. Si la hubiese dirigido un don nadie, ahora esos mismos críticos la estarían utilizando como ejemplo de cómo hacer bien las cosas. Estoy seguro.