Es fácil volverse loco, los receptores de la misma gama se parecen mucho y las diferencias pueden ser sútiles. Quizá lo más importante es evitar "trampas", carencias de un determinado modelo que te impide usarlo para lo que habías pensado. Algunas cosas a comprobar podrían ser estas:
- ¿El aparato lleva las entradas HDMI/digitales/analógicas que vas a necesitar?
- ¿Descodifica los formatos de audio que vas a enviar desde tus fuentes?
- ¿La potencia real es suficiente para tu sala, altavoces y volumen habitual de escuchar?
Yo suelo hacer este tipo de lista antes de cada compra. Normalmente queda solo dos o tres alternativas, y elijo entre ellos por factores más generales como por ejemplo relación calidad/precio y estética.