Nota del director
Jaime Rosales
"La sorpresa es la savia que alimenta el interés dramático."
Petra es una película que nació de la necesidad de ir al encuentro del espectador tras varios años haciendo un cine propio al que le faltaba algo. Mis dos primeras películas, Las horas del día y La soledad, vieron la luz de la sala de proyección dentro de la primera década del nuevo milenio. Era una época cargada de entusiasmo y cierta euforia justo antes de la gran crisis de la segunda década. Mi película Sueño y silencio (2012) tuvo algo de canto de cisne. Por lo menos para mí. Con esa -mi cuarta- película cerré una época como cineasta. Hermosa Juventud tuvo algo de vuelta a la casilla de partida. Petra ha supuesto un paso más en esa nueva dirección.
Antes de empezar a diseñar la película, tuve que volver a la escuela. La mejor escuela de cine son las películas y los libros sobre cine. Volví a leer los libros y a ver las películas que me marcaron en mis años de formación. Volví a los clásicos y a los clásicos modernos.
El espectador de una película quiere pasar un buen rato. Quiere emocionarse. Quiere que le sorprendan. La sorpresa es la savia que alimenta el interés dramático. Todo el proceso ha consistido en crear una obra que presentara un conjunto de atributos atractivos. Con Michel Gaztambide y Clara Roquet regresamos a los clásicos. Aristóteles fue nuestro faro: “Todo tiene que ser sorprendente y necesario”. Todo ha sido pensado para que el espectador entre en la película. Para que se instale dentro de ella y viaje con ella. El viaje es un viaje hacia la interioridad. Interioridad de los personajes e interioridad del propio espectador.
Más que en ninguna de mis anteriores películas, Petra ha sido el resultado de un proceso colectivo muy participativo. Ha jugado un papel central, Bárbara Díez, la productora de la película y mi socia en Fresdeval Films. Ella y yo arrancamos el proyecto al que generosamente se sumaron José María Morales, Antonio Chavarrías, Jérôme Dopffer y Katrin Pors. Todos ellos contribuyeron a aumentar la calidad de la película. Gracias a ellos contamos con un equipo técnico excepcional compuesto por españoles, franceses y daneses. Contar con Hélène Louvart en la fotografía y con Kristian Eidnes Andersen para la composición musical ha sido una maravilla. El elenco, con Bárbara Lennie y Alex Brendemühl a la cabeza, entendió a la perfección el tipo de interpretación no enfática que buscaba. Mezclar actores de trayectoria internacional, como Marisa Paredes, con naturales, como Joan Botey, supuso uno de los mayores retos.
No hay un solo tema en Petra. Cada espectador lo definirá para sí mismo. Pero la identidad es importante. También el destino y el enfrentamiento entre el bien y el mal. La trama está impregnada de un hálito trágico a lo largo de todo el metraje. Si tuviera que resumir la temática de Petra, diría que es una película de búsqueda y redención.