Recién vista la versión 3D.
Esto es para mear y no echar gota. Qué auténtica maravilla de 3D. Toda la santa película con una definición y una tridimensionalidad aplastante. De verdad que parece redundante, pero es que una película vista así se convierte en un verdadero espectáculo. Todos, absolutamente todos los discos de Disney en 3D son magníficos, y éste no hace otra cosa que aumentar aún más la leyenda. Del primer minuto al último, créditos finales incluídos, todo es de una calidad escandalosa. Definición cuidadísima al extremo y unos contínuos (pero contínuos de verdad) efectos 3D que no te borran ni un segundo la sonrisa y que no cejan en su empeño de demostrarte que el 3D de calidad convierte una película en otra cosa mucho, pero que mucho más grande.
El sonido pues... qué decir, que a la altura de la imagen. Muchos y logrados efectos multicanal y diálogos fuertes y nítidos, donde lucen con luz propia en las (estupendas) canciones y en las escenas de mayor aventura.
Luego está la propia película en sí, que es pura delicia. Exquisito buen gusto, divertida, tierna y con una gracia y una chispa que encantará tanto a críos como a adultos. Yo, desde luego, me lo he pasado bomba. De las de ver muchísimas veces. Increíble la animación general pero, sobretodo, se destaca en la expresividad de los protagonistas; inmejorable la galería de secundarios, que están "sembraos". Lo de ese llamémosle "Cupido" es tremendo.
De verdad, cuánto, cuantísimo bien hace Disney en el mundo con este tipo de películas tan maravillosas donde se profesan los mejores valores y ética posibles en una sociedad que cada vez carece más de ellos. Disney, grande entre los grandes, con el buen hacer y la dignidad por bandera y con el mayor respeto hacia el consumidor que gasta su dinero en sus producciones.
Si compráis la edición italiana, como he hecho yo, os lleváis la versión 3D y 2D de una tacada en dos discos indipendientes. Así que... como para no pensárselo.
Edición perfecta, sin paliativos.