Para mi, aunque me repita, el rasgo que más expresividad aporta son los ojos de Olivia Wilde. Con apenas un gesto de los mismos dice más que cualquier diálogo. Si la volvéis a visionar, fijaos en los primeros planos de ella. Sobretodo la escena final en el mundo real. Dos giros oculares y está todo dicho. Aparte de atractiva (y todos los sinónimos que se os ocurran), esta chica me sorprende en esta película, mucho más que su actuación en House, eclipsada por Laurie, como no puede ser de otro modo, claro. Otro que también sabe como usar sus ojos para expresar mucho más que con un gesto.




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