Cary Grant fue uno de los primeros intérpretes freelancer tan pronto como despegó en fama, y fue muy inteligente por ello pues hacía tratos con los estudios con cláusulas y demás. Así los estudios no se entrometían o fabricaban su vida privada y era poseedor único de su propia imagen.
Que Grant no se adentrara en otros géneros fue cuestión de prueba y ensayo, error y acierto, y se dio cuenta de que no encajaba para nada en propuestas como "The pride and the passion" ese film que lo reunió con la Loren, flechazo incluido, y Sinatra ambientado en España durante la Revuelta Napoleónica. Es como ver a John Wayne de sucedáneo de Gengis Khan o de centurión romano


Fue uno de esos actores que se sentía realmente incómodo además por tener como compañera de reparto y objeto de romance a una actriz 30 años más joven que bien pudiera ser su hija, salvo en los casos de Audrey Hepburn y Grace Kelly con las que desarrolló una amistad muy bonita y duradera
