La serie es una maravilla, sin duda.
Es más compleja que Breaking Bad, con más mala baba. En BB tenemos a Walter que se corrompe porque sabe que va a morir y no tiene nada que perder, o eso cree. Y al final le pilla gusto al MAL.
Pero aquí tenemos personajes ya corrompidos que intentan redimirse con poco éxito (Saul) o que se corrompen por motivos honorables (Mike). Los dos personajes tienen un sentido de la justicia, del bien y del mal, muy claro. Y aunque tratan de hacer "el bien", no pueden porque su entorno frustra continuamente sus intentos y, además, su personalidad juega en contra suya (sobre todo el orgullo y el sentido de la propia dignidad, que se vuelve contra ellos).
Es delicioso ver detalles como el running gag de los puntos del ticket del aparcamiento, ese enfrentamiento eterno entre Mike (el ex-policía asesino y corrupto) y Saul (el abogado canalla). Esa lucha entre la teoría y la práctica de las normas y la justicia que define totalmente a los personajes.
Las relaciones familiares de los personajes son devastadoras, ya que son detonantes de su caída.
Impresionante ese hermano de Saul, esa idea de la ley y la justicia Old School anclada en un mundo antiguo, casi medieval, con la fobia a la electricidad como sublime metáfora.
La serie hila finísimo. Y en vez de golpearte a lo bruto como hacía BB, aquí te va envenenando poco a poco, sutilmente.