Saul estuvo a punto de salirse con la suya de nuevo. Básicamente arrinconó a un implacable fiscal general Federal y a sus cinco ayudantes/asesores, consiguiendo un trato de apenas siete años de prisión. "Es el trato más generoso que he visto en toda mi carrera" le decía la jueza. Pero Kim volvió a interponerse en su camino, fastidiándole el plan, reavivando así viejas heridas y arrepentimientos que tan bien se escenifican en las escenas con Walter y su hermano Chuck.
El momento donde se levanta en el juzgado y dice que su nombre es Jimmy McGill contrasta sobremanera con la escena del autobus, camino de prisión, donde el resto de reclusos en su totalidad le vitorea como Saul Goodman.
También fue muy bueno el momento que tiene lugar en la comisaría de Omaha, recién detenido, cuando los policías están viendo uno de sus míticos anuncios, mientras el propio Jimmy -aun en shock- empieza a maquinar su plan de escape.
Esa ultima conversación entre Saul y Kim en prisión, donde ella desvela al espectador la pena finalmente impuesta y él responde jocosamente: "-¿Quién sabe? Quizás salga por buen comportamiento" es el perfecto resumen de su desdichada vida.