Tema: Billy Wilder: revisando sus películas

Iniciado por Alcaudón

Hombre, yo no diría tanto.

Veamos...

Delmer Daves, John Ford, Howard Hawks, Alfred Hitchcock, John Huston, Elia Kazan, Fritz Lang, Anthony Mann, Nicholas Ray, Douglas Sirk, King Vidor, William Wellman, William Wyler...

Entonces había menos directores en activo por la estructura y sistema del Hollywood clásico, es cierto. Pero también es cierto que esos son unos pocos, y que la mayoría de cineastas más "mediocres" o limitados no han dejado mucha huella, y sus nombres, aunque muy numerosos, no están en ninguna lista... precisamente por ello.

Daves y Kazan son muy discutibles, pero entrar en eso sería harina de otro costal...

A mí Kazan me parece indiscutible, un maestro del cine y el teatro. Pero es cuestión de gustos , como todo.

La tentación vive arriba me parece de los más flojo de la carrera de Wilder. Marilyn está guapísima, divertida y chispeante y se come la cámara , como siempre, y Tom Ewel me parece correcto como ese hombre mundano y divertido pero con sus ansias de grandeza . La voz en off coincido que a veces sobra y algunas de las ensoñaciones del protagonista lo mismo. Pero la película en conjunto me parece insustancial con sus puntos divertidos.

Iniciado por mad dog earle

¿Biopic? ¿ De Sabrina? ¿Quieres decir de Audrey Hepburn? Había uno previsto con Rooney Mara como Audrey, dirigido por Luca Guadagnino, pero que se canceló. No sé si hay otro proyecto.

Lo que sí hay es un remake de la película, Sabrina (1995), de Sydney Pollack, con Julia Ormond, Harrison Ford y Greg Kinnear, que no he visto.

No, la cantante italiana de pop de los novento, que sacó el pezón a pasear.

LA TENTACION VIVE ARRIBA

Bueno muchas cosas a comentar respecto a lo que habéis comentado, a ver si me acuerdo. La pregunta que lanza Mad sobre la calidad de Marilyn Monroe como actriz también me la hice yo, pero viendo NIAGARA como Femme Fatale, me dio la respuesta, y si para mi fue una muy buena actriz, no solo en comedietas amables como la que nos toca. Respeto a lo dice Alcaudon, por ahora yo también creo que J.L. Mankiewicz y Wilder son los reyes del guión (aquí está la harmónica sonando de ONCE UPON A TIME IN THE WEST cuando estoy escribiendo esto ) estando encima JLM. Y si, Tom Ewell está insoportable pero con matices, y el film sin Marilyn, como dice el amigo Cinéfilototal, sería un film por debajo del montón, de esos de la parte de abajo que sostienen una pila de 40 dvds

Yo me lo he pasado, relativamente, bien con su visionado, mi primer, he tenido la sensación de estar viendo una sucesión de sketches, unos con más fortuna que los otros, que como dice Mad vista ahora, los niveles de acidez, perversión, mala leche, no serían mucha cosa, pero en contexto de su época fue una auténtica bomba, convirtiéndose en un ícono cinematográfico por dicha escena comentada, que según leí, hubo hostias entre los técnicos para ver quien se ponía a cargo de los contrapicados de la escena.

Vamos a Tom Ewell, uffffff, insoportable pero no a niveles de la pareja chistosa de STALAG 17, eso es otro nivel de INSOPORTABILIDAD, su permanente estado slapstick más su jeta de Jaimito, me cuesta ver un affaire con la diosa Monroe, pero bueno, puede colar de aquella manera. Los matices son, o sea, que hay momentos que me gusta lo que veo de Ewell, por ejemplo, en esos momentos que se cree un Fucker, que las mujeres solo lo desean a él, al estilo de serie Z de coleccción de ATELIER (por cierto me robaron 6 dvds que estaban en la mochila robada en el aeropuerto de Barcelona, después si me acuerdo volveré al tema) con un título parecido a "el último hombre follable en el mundo" (habrá censura por palabras malsonantes en el foro, bueno si la encargada de Cinefilia es CAMPANILLA, seguro que en ese justo momento parpadeara y dicho adjetivo se lo llevará el viento, un saludo para CAMPANILLA por cierto, t' anyorem aquí ) en forma de sketches, ya sea cuando su secretaria se desnuda, o la infermera calienta o esa escena a lo Scary Movie DE AQUI A LA ETERNIDAD. También ese momento de piano que le cambia la voz en plan Bogart para ir al momento beso, me parece muy juguetona y divertida. Claro hay después, como he dicho, sketches que no me funcionan tanto, como el de esconder la llave de los cigarrillos arriba en el armario, me dije a mi mismo, ya veras como Marilyn pedirá un cigarrillo y se viene la broma slpastick, y así fue.

Y de Marilyn Monroe lo dicho en la intro, se come la pantalla, su interpretación le quita naturalidad al movernos en la teatralidad del cometido, pero funciona y mucho, siempre de la mano de esa sexualidad exuberante que desprende, en clichés de ligoteos de primer curso pero funcionales y efectivos como lo de colocar bien el vestido, o subirse el vestido para que le entre el fresquito, y el señor casado babeando sin parar, como diria alguien que conozco muy bien, "mira que descaradito". Lo que más me sorprende del film es como trata de manera tan ligera la infidelidad, como algo normal, su esposa e hijo se van de vacaciones de verano, y el esposo a trabajar, y entonces llegó ella, una diosa con piel de mujer, claro el tono es de comedia, rozando lo cómico, ya sea por el slapstick continuo del protagonista o por los diálogos inteligentes, mordaces y con ese descaro disfrazado de sutileza.

Lástima de la aparición de la censura, abanderada por la escena de bañera de Marilyn Monroe con el fontanero, pero si hubiera sido, dicha censura muy estricta, el film se queda en un cortometraje de 15 minutos. En resumen, no creo que sea un film top del director, pero me lo he pasado muy bien, a pesar de que el protagonista, Tom Ewell, es en un 80% muy insoportable.

Ahhhh me olvidaba lo de la mochila robada, deciros que seguro de casa de Suiza me pagó más de lo que había dentro de ella a nivel de valor económico, pero menos en valor de lo que había de trabajo de tantos años a nivel emocional, además de los regalos de Alcaudón del libro de LA VIDA DE CHUCK, los dvds de Atelier, el Critter de palmo y medio, los fanzines de TERROR FANTASTIC de los años 70, y el Killer Klown al estilo Funco, aunque son cosas materiales recuperables, pero jode igualmente.

Por cierto quien es el actor que parece un luchador de Wrestling que es el amante de su esposa en su cabeza?

Pues fijate tú que ahora por el BF me he pedido unas cuantas de Marilyn Monroe. A ver si las disfruto.

Y simpático el guiño meta a la propia Marilyn en la película, autoreferenciandose a si misma.

13. El héroe solitario (The Spirit of St. Louis, 1957)



Después de la Fox, esta vez Wilder recaló en la Warner, por primera y última vez, para el rodaje del biopic de uno de los más grandes héroes estadounidenses del siglo XX, aunque la película en realidad se centra básicamente en su mayor hazaña, llevada a cabo en 1927: cruzar el Atlántico, de Nueva York a París, trayecto en el que invirtió 33 horas y 30 minutos, pilotando en solitario y sin escalas un aeroplano, el “Spirit of St. Louis”, que da el título al film (esta vez tengo que decir que me parece más atractivo el título español).



Empiezo por aclarar que no estoy especialmente interesado en el mundo de la aviación, por lo que el tema en sí me interesa más bien poco. Quizá por eso nunca ha sido una película que me haya resultado atractiva. Sin embargo, he de reconocer que en este visionado (quizá el tercero) me ha parecido mucho mejor que en ocasiones anteriores, aunque sigo creyendo que tiene varios puntos débiles. Como el argumento es muy simple, en mi comentario me voy a limitar a señalar lo que en mi opinión son defectos del film, sin olvidarme de los aspectos más positivos.

- El guion: hay sin duda un trabajo destacado por parte de los guionistas, a saber el propio Wilder, como era habitual, y Wendell Mayes, para llevar a la pantalla el libro autobiográfico de Lindbergh (publicado en 1953, con el que ganó el premio Pulitzer), adaptado por Charles Lederer. Mantener toda la película (unos inacabables 135 minutos) con el único foco de atención del vuelo en solitario podría resultar demasiado para cualquier espectador, más teniendo en cuenta que estamos ante un film comercial, no una obra de las llamadas “de arte y ensayo”. Supongo que por eso, no sé si siendo fiel o no al libro de Lindbergh, la película nos acaba ofreciendo un desarrollo vital más amplio, en dos actos. El primero, que abarca media película (aproximadamente 65 minutos), nos presenta a Lindbergh durante una noche de insomnio, previa al inicio del vuelo. Mata las horas recordando episodios de su vida, en particular la construcción del “Spirit of St. Louis” y los problemas financieros para conseguirlo. Wilder nos los muestra mediante dos largos flashbacks, usando como es habitual en sus películas la voz en off, no solo superpuesta a esas secuencias del pasado, sino también para transmitirnos los pensamientos del piloto insomne. El segundo nos cuenta esas 33 horas y 30 minutos de vuelo, pero también aquí se introducen otros flashbacks que acaban de completar el pasado de Lindbergh: su infancia; la compra de su primer avión;



su instrucción en el ejército; su trabajo como acróbata del aire, etc.



Wilder introduce un detalle muy suyo, quizá para resarcirse del famoso diálogo con una cucaracha que no aceptó Charles Boyer en Hold Back the Down: una mosca con la que, esta vez sí, vemos a Lindbergh conversando. También hay dos detalles clave, a los que luego me volveré a referir: el espejito que le da una admiradora (Patricia Smith) y la cruz de San Cristóbal que le obsequia el padre Hussman (Marc Connelly).

- El protagonista: vaya por delante que James Stewart me parece un actor excepcional, y que se enfrenta al personaje con notable esfuerzo, pero… otra vez volvemos a chocar con lo inadecuado de un actor por cuestiones físicas (aunque aportaba, eso sí, conocimientos de primera mano como piloto). Lindbergh tenía 25 años, en cambio Stewart, en el momento de iniciar el rodaje, 47. Volveremos sobre el tema en la próxima película (con un envejecido Gary Cooper “castigando” con 55 años ), pero 22 años de diferencia me parecen demasiados. Se dice que Stewart se adelgazó, se tiñó el cabello, se le maquilló y vistió para rejuvenecerlo, pero no resulta creíble. Si uno se olvida del detalle (que me parece mucho olvidar, sobre todo para el público norteamericano, ya que se trata de uno de sus héroes), puede funcionar, pero para mí ha sido un obstáculo permanente a la verosimilitud de lo narrado. Se apunta en algunas fuentes que el primer actor elegido fue John Kerr, pero que renunció al papel por las opiniones políticas de Lindbergh. El resto del reparto cumple, pero no tiene demasiada presencia.

- El milagro de Charles Lindbergh: “Oh, God, help me!”, este ruego, que exclama Lindbergh al final, en el momento decisivo de aterrizar en Le Bourget, de noche, y estando extremadamente cansado, me parece una concesión religiosa de difícil encaje. Mucho antes, en uno de los flashbacks, cuando da clases de vuelo al padre Hussman, Lindbergh le ha dejado claro que no cree en dios (“Well, yes, I believe. I believe in an instrument panel, a pressure gauge, a compass, things I can see and touch. I can't touch God”).



El padre le regala una medalla con la imagen de San Cristóbal, santo legendario, patrón de los viajeros, que inadvertidamente uno de sus colegas le pone dentro de la bolsa de comida. Así, ese final en que Lindbergh, el no creyente, implora la ayuda divina, adquiere un tono moralizante de marcado carácter religioso. Supongo que esta vez la Liga de la Decencia no tendría nada que objetar. Según imdb, algo que no he visto recogido en ninguno de los libros dedicados a Wilder que he leído, fue John Sturges el que filmó el inserto de la medalla en la secuencia de la invocación a dios. En todo caso, parece que la película, vista su mala recepción en los preestrenos, fue remontada y se le añadió nuevo metraje. Por su parte, también ese espejito que una suerte de buena samaritana le ha entregado tendrá un papel milagroso al reflejar sobre sus ojos la luz del sol, despertándolo así cuando ya estaba a punto de estrellarse en el océano.



- La imagen y el color: de nuevo, Wilder reincide en el uso del color, esta vez Warnercolor, y del formato en cinemascope, acreditándose dos directores de fotografía, J. Peverell Marley y el gran Robert Burks, bien conocido por los admiradores de la obra de Hitchcock. Hay un buen trabajo de iluminación y, en algunas secuencias, en especial la del despegue en el aeródromo de Nueva York o en el aterrizaje final, de montaje.

- La música: cada vez soy más crítico con el uso (y a menudo abuso) de la música en el cine, pero tengo que decir que, en general, me gusta la banda sonora de Franz Waxman, con el que ya había trabajado Wilder con anterioridad (recordemos que, como Wachsmann, compuso la música de su primer film, Mauvaise graine).

- El resultado: desde un punto de vista comercial fue un fracaso. El propio Wilder se desmarca un tanto: “no fue una buena película”. Se dice que la rodó por amistad con el productor, Leland Hayward. Es, desde luego, un film extraño y sorprendente dentro de su filmografía. Por un lado, por el tono hagiográfico que adopta la película ya desde los rótulos iniciales: “In this triumph of mind, body and spirit, Charles A. Lindbergh influenced the lives of everyone on earth” (¡hiperbólico!, qué poco wilderiano, porque no hay ni asomo de ironía). Pero también por ser Lindbergh quien era, o había sido: admirador de Hitler, condecorado por Göring con la Cruz de la Orden del Águila Alemana, declarado antisemita. Con todo, Wilder le cuenta a Cameron Crowe que eran amigos. El hombre que perdió a parte de su familia en Auschwitz y tuvo que salir corriendo de Berlín en 1933 filmando una hagiografía del amigo del III Reich. ¡Qué cosas tenía el cine clásico hollywoodiense!

En fin, si se tiene paciencia, la película se deja ver, aunque dudo que se mantenga mucho tiempo en la memoria, salvo quizá por aspectos externos al film, como esa relación entre un director judío alabando un personaje antisemita (recomiendo la lectura de "La conjura contra América", de Philip Roth, en donde se ficciona la victoria de Lindbergh en las elecciones de 1940).



Con todo, es obvio que Wilder tenía ya mucho oficio y podía lidiar con solvencia con encargos tan alejados de su mundo personal como este.

En la próxima entrega volveremos al terreno de la comedia romántica con Audrey Hepburn (y al querido, para Wilder, blanco y negro) en Love in the Afternoon.

Película de encargo del maestro que a mí me gusta en términos generales pero que a mí me falla en varios puntos. El principal de ellos, el misscasting de James Stewart, uno de los más grandes actores de la historia del cine, en un papel totalmente increíble para el por la edad. Resulta totalmente inverosímil ver a Jimmy interpretando a un veinteañero. Y curiosamente, en el hombre que mató a Liberty Valance hace lo mismo y con más años pero resulta algo más convincente como el joven abogado Ransom Stodard que aquí de un joven Charles Limdberg. Para mi también le sobra algo de metraje, pero en general me parece una película solvente y más que estimable, diluyéndose bastante la autoría del maestro. Si uno se abstrae de la edad de Limdberg y aprecia el siempre sobresaliente trabajo de Jimmy Stewart como si fuera una versión mayor del personaje (aunque no lo sea), pues a mí me funciona bastante bien.


Muy buen film, prefiero el que viene a continuación.

Iniciado por Mister_Lennon

Película de encargo del maestro que a mí me gusta en términos generales pero que a mí me falla en varios puntos. El principal de ellos, el misscasting de James Stewart, uno de los más grandes actores de la historia del cine, en un papel totalmente increíble para el por la edad. Resulta totalmente inverosímil ver a Jimmy interpretando a un veinteañero. Y curiosamente, en el hombre que mató a Liberty Valance hace lo mismo y con más años pero resulta algo más convincente como el joven abogado Ransom Stodard que aquí de un joven Charles Limdberg. Para mi también le sobra algo de metraje, pero en general me parece una película solvente y más que estimable, diluyéndose bastante la autoría del maestro. Si uno se abstrae de la edad de Limdberg y aprecia el siempre sobresaliente trabajo de Jimmy Stewart como si fuera una versión mayor del personaje (aunque no lo sea), pues a mí me funciona bastante bien.


Muy buen film, prefiero el que viene a continuación.

Solían hacer esto en los años 50, parecía que no hubiera actores jóvenes para esos papeles, siempre escogían a veteranos que ya no servian para hacer de jovencitos.

En "El hombre que mató a Liberty Valance" es difícil de creer que haya salido de la universidad, con el físico de una persona de 50 años, ufff...

Lo mismo pasaba en las series de televisión de la época, incluso bien entrados los sesenta. Cuando los personajes (fundamentalmente los masculinos) dicen la edad, casi siempre me echo unas risas, porque a veces el actor tiene un montón de años más... y se notan.

En el caso de John Ford el uso de actores mucho mayores que los personajes que encarnan es algo premeditado y es por ello que EL HOMBRE QUE MATÓ A LIBERTY VALANCE siempre me ha parecido un wéstern anómalo (ojo, no digo fallido, que no lo es ni mucho menos) dentro de la filmografía de su director.

Sin embargo, otro inmarcesible cineasta como fue nuestro Luis Buñuel no tuvo reparo en usar dos actrices para el mismo papel en su último largometraje ESE OSCURO OBJETO DEL DESEO y el hecho fue aceptado sin mayor reparo seguramente por la temprana adscripción del aragonés al surrealismo del que nunca desertó.

También se criticó en su momento (e incluso hoy en día) la elección por parte de Hitchcock del mencionado James Stewart para encarnar al protagonista de su magnum opus DE ENTRE LOS MUERTOS (e incluso en títulos anteriores como la maravillosa LA VENTANA INDISCRETA) y sin embargo soy incapaz de concebir esta película con otro actor que no sea Stewart.

El caso de Buñuel que citas es otro tema, que no tiene nada que ver. La cuestión es que, en general, el cine de Hollywood estiró las carreras de sus actores (sobre todo masculinos) hasta límites inverosímiles. El problema no era que siguieran actuando, algo deseable por su enorme calidad, sino que pretendieran hacérnoslos pasar por jovenzuelos. Por ejemplo, en Sabrina hay, en el fondo, una cierta ridiculización de esto cuando se viste a Bogart como un estudiante universitario, ukelele incluido, aunque la cosa no va a más (ya era bastante inverosímil creer en esa relación de Bogart con Hepburn sin necesidad de disfraces). Lo de John Wayne haciendo de "castigador" en películas como Hatari o la fordiana Donovas's Reef es otro buen ejemplo.

La cuestión es hasta qué punto aceptamos que una película es una pura representación y que lo que vemos no es real, o le queremos exigir una cierta pretensión de realidad. Por ejemplo, en el mundo de la ópera todo el mundo acepta (y a veces es mucho aceptar), porque por encima de todo está la voz, que un tenor entrado en años y en kilos sea un jovenzuelo enamoradizo o que una señora que peina canas despierte pasiones como si fuera un top model. Con todo, también en la ópera creo que se busca cada vez más una cierta correspondencia entre el aspecto del protagonista y el personaje.

Más extremo todavía fue el caso de Mary Pickford, cofundadora de la United Artists, que seguía encarnando papeles de niña cuando ya había rebasado con holgura la edad de merecer.

Me parece mucho peor lo que hizo Scorsese en EL IRLANDÉS usando la tecnología más puntera para rejuvenecer el físico de los actores olvidándose que estos se movían como ancianos lo cual invalida por completo para mí la propuesta.

Un tipo como Robert Zemeckis, del que nadie se acuerda salvo por REGRESO AL FUTURO, lo hizo mucho mejor en su última cinta. Claro que Zemeckis es uno de los cineastas que mejor sabe tratar las imágenes usando con inteligencia las herramientas digitales.

No hace falta referirse a la IA. El maquillaje también podía resultar completamente inverosímil. Uno de los casos que siempre me ha chirriado es el de James Dean en Giant​.

Igualmente aplicable a los bellos Hudson y Taylor.

Y no veamos como pareja romántica a Gary Cooper con Audrey Hepburn en "Ariane"... parecen el abuelo y su nieta...

Iniciado por Alcaudón

Me parece mucho peor lo que hizo Scorsese en EL IRLANDÉS usando la tecnología más puntera para rejuvenecer el físico de los actores olvidándose que estos se movían como ancianos lo cual invalida por completo para mí la propuesta.

El problema es que conocimos a Robert de Niro con 45 o 50 años y sabemos que estaba en mejor forma física. Anda que no hay hombres de esas edad que están como se le ve en El Irlandés, en pésima forma física y que no pueden ni con su alma. El efecto en Pacino y Pesci está mucho mejor conseguido. Bien es cierto que se supone que tienen sobre 45 al principio de la película, y aparentan cerca de 60, pero teniendo en cuanta que ya rondaban los 80, no está mal la cosa.

EL HEROE SOLITARIO

Rápidamente voy a finiquitar el comentario, porque a contrario de vosotros, no voy a decir que sea mal, sencillamente no me gustó. Claro empecé muy mal ya que tengo un DVD de impulso, pero teniendo un TV grande, casi necesito una lupa para poder ver bien el film, ya que sumadas las dos barras negras en paralelo a la pantalla, era mas grande que la propia imagen que estaba viendo, un desastre, es lo que tienen los dvds de impulso.

Sin saber quien es el director, no lo acierto en la vida, entiendo que sea un trabajo de encargo, pero me cuesta ver algo de wilder en el film, si hubiera apostado, hubiera dicho que el director del film es Byron Haskin, con todos mis respetos. También opino que James Stewart no pega mucho, y también el tema aviación lo encuentro poco atractivo, sobretodo como está enfocado, planos interiores de la cabina una y otra vez, voz en off una y otra vez. A parte de Stewart, los demas actores serían como los futbolistas que sacan a jugar en el tiempo de descuento para que corra el reloj, y en correspondiente valoración en la prensa se les puntúa como un s.c., pues aquí igual, s.c. para los secundarios, que diferencia con su film anterior!!!!!.

En fin, film candidata a farolillo rojo, una decepción muy muy pero que muy de encargo.

Iniciado por Alex Fletcher

EL HEROE SOLITARIO

Claro empecé muy mal ya que tengo un DVD de impulso, pero teniendo un TV grande, casi necesito una lupa para poder ver bien el film, ya que sumadas las dos barras negras en paralelo a la pantalla, era mas grande que la propia imagen que estaba viendo, un desastre, es lo que tienen los dvds de impulso.

La copia disponible en Filmin está francamente bien (es la que he visionado esta vez). Esta es de las pocas películas de Wilder que no tengo en formato físico (las otras son The Emperor Waltz y Buddy, Buddy) y no creo que la compre nunca. De todos modos, no acabo de entender lo de las dos barras negras. Lógicamente, tratándose de cinemascope, ha de tener barras negras arriba y abajo, pero no deberían ser más gruesas que en el caso del film anterior, The Seven Year Itch, más bien deberían ser más estrechas, porque The Spirit of St. Louis es 2,35:1 y aquel 2,55:1 (según imdb).

14. Ariane (Love in the Afternoon, 1957)



Love in the Afternoon merece pasar a la historia del cine, aunque solo sea por un detalle: supuso el inicio de la fructífera relación entre Billy Wilder y I.A.L. (al parecer las siglas de un premio que ganó en la escuela: “Interscholastic Algebra League”) Diamond, para los amigos “Iz”, guionista de origen rumano con el que nuestro director firmaría algunos de los mejores films que estaban por venir. Dice de él: “Iz era un tipo muy taciturno, y era mi socio. Era magnífico hablar del diálogo, o de la estructura. Siempre estaba conmigo en el plató.”

También fue el primer film de Wilder con los hermanos Mirisch, aunque aquí todavía en la productora Allied Artists, aunque la película se acredita como “produced and directed by Billy Wilder”.

Quizá para compensar tanta novedad, e intentar asegurar el tiro, parece como si Wilder hubiera preferido sacar del congelador el guion de Sabrina y lo hubiera tomado como base para la adaptación de la novela de Claude Anet “Ariane, jeune fille russe”, de 1924, que no he leído, pero que intuyo que es muy diferente al film.

Como en aquella, Ariane (la Hepburn), una joven parisina (también Sabrina había pasado por París, y ya se sabe que París en el cine norteamericano es sinónimo de amor), claramente virginal, se enamora de un millonario norteamericano, mujeriego sin reparos, una especie de Don Juan, interpretado, y aquí empiezan los problemas, por un envejecido y de aspecto cansado Gary Cooper, que tenía ya 56 años en el momento del estreno, más o menos como Bogart en Sabrina, pero en mi opinión todavía luce más ajado Cooper. Aunque supongo que con el maquillaje y sobre todo con el tratamiento de la luz se intentó suavizar ese aspecto, en mi opinión la relación parece demasiado desigual, aunque también hay que decir que Audrey Hepburn no era tampoco esa adolescente que se nos intenta colar, rondaba ya la treintena.



Wilder recurre a todos los tópicos previsibles, empezando por ese prólogo con la voz en off, ¡cómo no!, del detective Chavasse (Maurice Chevalier), padre de Ariane, en el que se nos muestra todas esas expresiones espontáneas de amor que inundan las calles de París y las orillas del Sena (o sea, “la vie en rose”).



Aunque Wilder dice en el libro de conversaciones con Crowe que la voz es de Louis Jordan, apostaría que se trata de un fallo de memoria, porque el narrador se identifica claramente como Chavasse, habla en primera persona, y la voz es calcada a la de Chevalier. En todo caso, el espectador asimila que es Chevalier, voz que simboliza lo parisino y lo francés, ya desde los primeros años del sonoro, referente de algunas comedias románticas del maestro Lubitsch. Eso sí. nos cuenta el cuento… en inglés con un fuerte acento francés, el mismo idioma con que habla con su hija Ariane, esta sin acento.

A partir de aquí, la trama es de lo más previsible. Ariane se siente fascinada por el personaje de Cooper, Frank Flannagan, hasta el punto de irrumpir en su vida para evitar que un marido cornudo (John McGiver, que nos ofrece quizá los momentos más divertidos del film) lo mate a tiros.



Así, Ariane cae rendida a los supuestos encantos de Flannagan, en un visto y no visto. Frank tardará más a enamorarse de Ariane, pero al final caerá también presa de su encanto (ya se sabe, Hepburn = encanto irresistible).



Por si no estuviera todo suficientemente claro, al igual que en Sabrina se recurría al “Isn’t it Romantic?” y a “La vie en rose” como leitmotivs, aquí Wilder (con adaptación musical de Franz Waxman) recurre ad nauseam a “Fascination”, popular vals de principios de siglo.

Aquí entramos en el capítulo de las reiteraciones: la orquesta de gitanos (con la que cerrará el film),



el ruidoso perrito de la habitación de al lado, o la obsesiva audición de Flannagan del mensaje que le ha dejado grabado Ariane y que le provoca un creciente enojo producto de los celos: el cazador cazado. Incluso Wilder introduce guiños a films anteriores, no solo a Sabrina: así la esclava con la que se decora el tobillo Ariane para encelar a Frank (obviamente, en referencia a Double Indemnity), que reaccionará con un “it’s very vulgar” (claro, ¡por favor!, Ariane no es la Phyllis de Barbara Stanwyck).

Con todo, y a pesar de que a mí personalmente me parece un film envejecido (como Cooper), mucho menos chispeante que Sabrina, aunque se sigue con una sonrisa en los labios, es probable que en su día la película pudiera resultar algo provocativa. En definitiva, se nos cuenta la relación de una joven virginal con un maduro castigador sin que le pida nada a cambio (¡está enamorada!), solo por el deseo de tener relaciones, claramente sexuales, con él. Eso sí, que nadie se escandalice en demasía, porque todo acabará como Dios manda, o sea, con matrimonio.

Si se cae bajo el hechizo de Audrey Hepburn, la película puede seguir pareciendo “encantadora”, pero confieso que con la edad esa fascinación cada vez me resulta más ajena, por mucha orquesta de músicos zíngaros me acaricie el oído.



Afortunadamente, la pareja Wilder-Diamond nos ofrecerá en el futuro mejores logros, aunque tendremos que esperar un poco, porque la próxima entrega, Witness for the Prosecution, lleva la firma de Wilder y de Harry Kurnitz.

Iniciado por mad dog earle

La copia disponible en Filmin está francamente bien (es la que he visionado esta vez). Esta es de las pocas películas de Wilder que no tengo en formato físico (las otras son The Emperor Waltz y Buddy, Buddy) y no creo que la compre nunca. De todos modos, no acabo de entender lo de las dos barras negras. Lógicamente, tratándose de cinemascope, ha de tener barras negras arriba y abajo, pero no deberían ser más gruesas que en el caso del film anterior, The Seven Year Itch, más bien deberían ser más estrechas, porque The Spirit of St. Louis es 2,35:1 y aquel 2,55:1 (según imdb).

Eso se debe a que es una copia 4:3 de una película 16:9 lo que implica el que la misma esté enmarcada por los cuatro costados. En este caso sí está indicado el uso del zoom dado que no altera las proporciones de pantalla (léase 2.35:1), aunque ello provoca a la vez que la nitidez de la imagen se resienta sensiblemente.

Ariane, Film menor del maestro y sigue la línea de Sabrina pero menos logrado aunque tiene su encanto. Audrey vuelve a enamorar a la pantalla como siempre, y está adorable y bellísima como siempre. Cooper resultan increíble en su papel como Bogart en Sabrina y tira de carisma , presencia y oficio como también Bogey en el otro film, pero con peor resultado. Y Chevallier resulta tan encantador y carismático como siempre.

Me parece una buena comedia con el toque Wilder menos pronunciado que en otras , y que a pesar del misscasting de Coop, funciona bastante bien.

"Ariane" (1957).

La única vez que la ví, me pareció una floja comedia romántica, algo larga (130 minutos... ) y algo lenta para lo poco que se nos cuenta, además Gary Cooper me parece demasiado mayor para hacer de seductor y/o ligón, aunque es buen actor, no creo que fuera el correcto (igual que Bogart en "Sabrina") y Audrey Hepburn me parece algo ingenua, y con ese peinado tan feo, no le va bien a su cara, de hecho a mi no me gusta demasiado, ni me parece atractiva.

Lo mejor, de lejos es el trabajo de Maurice Chevalier, que además aparece bien poco.

Por otro lado el final me resultó muy convencional.

Creo que "Sabrina" es muchísimo mejor, tanto en diálogos, trama y personajes, vamos, que se la come con patatas fritas...