Cuando una obra tiene tanta personalidad, y Blade Runner la tiene por encima casi de todo lo demás, lo mejor es tirar de autores, que ellos desarrollen y que las cosas sigan su cauce olvidándose de homenajes y referencias. Porque si al final el resultado es coherente por si mismo y funciona, le da valor propia a una secuela que de otra forma yo la vería totalmente innecesaria.
Recuperar Dangerous days como nombre molaría...