Ayer estaba escribiendo algo sobre esta película pero no me convenció lo que estaba redactando y decidí borrarlo, reposar el film un poco más. He hecho bien, ha mejorado bastante con el recuerdo. No he parado de darle vueltas desde que salí de verla. No me la podía quitar de la cabeza, así que tuve que ir a verla por segunda vez al cine. El poso que deja es enorme vista por segunda vez. Tras esta segunda vez, si me parece que es la mejor película de Villeneuve. Una segunda vez mucho más emocional.

Nada más acabar la película me dejó muy frío, pero al fin y al cabo la primera entrega no era muy cercana. Pero echando la vista atrás, durante varias partes si que consiguió lo que no hizo su primera parte, y es lograr emocionarme. Lograr sentir mucha empatia hacia Deckard y hacia K, y en general, hacia todos los personajes. Esto solo hablando de la parte emocional, pues el film tiene mucho más que eso y ni mucho menos es lo más importante.

Técnicamente, 'Blade Runner 2049' es perfecta. Esos recorridos por la ciudad y por los diferentes escenarios por los que nos va llevando la película serán inmunes al paso del tiempo como ya ocurre con la anterior. Sus efectos especiales son tan especiales básicamente porque no parecen serlo. Están hechos con la idea de ser/parecer reales, no para impresionar al espectador. No hay ni un solo momento como los que suelen haber en este tipo de producciones que abusan del CGI en los que se nota demasiado que lo que estamos viendo ha sido generado por ordenador ('Wonder Woman', 'Batman v Superman', 'Doctor Strange'...). Un trabajo excepcional por parte del estudio encargado de los efectos especiales, pero es que en el apartado técnico no se queda ahí. El trabajo de Denis Villeneuve tras las cámaras es increíble, te sumerge de lleno en ese mundo al que nos llevó por primera vez Ridley Scott en 1982. Si juntamos su labor junto la de Deakins en la fotografía tenemos momentos que parecen obras de arte, cuadros futuristas. Y para cerrar el circulo de la perfección tenemos el apartado sonoro que corre a cargo de Hans Zimmer y Benjamin Wallfisch (quien ya hizo un trabajo excepcional en 'It'), vibrante como poco y muy especial, recogiendo el testigo de Vangelis. No solo se trata de la banda sonora, también de los efectos y el montaje de sonido, que es espectacular: los puñetazos suenan como si fuesen piedras, el paso de los spinners tampoco se queda atrás. No se le puede sacar ningún pero en este sentido, este apartado es la mayor baza de todas las que tiene y lo que la ensalza como película en si, sin etiquetas. Verla en las mejores condiciones posibles se me hace indispensable. En mi caso, la imagen 4K, el sonido Dolby Atmos y el 3D no han podido ser mejores. Un 3D que, por cierto, no es nada espectacular, pero si tiene esa profundidad que te hace meterte aún más en la ambientación.

Por otro lado, su historia es muy sencilla en apariencia y un poco simple si que es en realidad, pero tiene ciertos matices y reflexiones que hacen que no desentone en este conjunto tan elegante. Me sabe a poco, pues no es ninguna revolución, es lo esperado, lo fácil. Es la mayor pega que se le puede poner tanto a esta como a su predecesora, una historia muy simplista. Tampoco necesitábamos algo como 'Origen', no es ese tipo de película. Con poco, hace mucho Villeneuve, siendo una continuación ideal, aunque nada arriesgada. Seguramente con un segundo visionado le vea más virtudes, pero por ahora me parece lo más flojo de todo.

Finalmente tenemos un reparto estelar formado casi en su plenitud por mujeres, y todas ellas están geniales. Ana de Armas sorprendentemente bien, con el papel de protagonista femenina. Demuestra que es algo más que un trozo de carne, que es lo que siempre ha sido en todas las películas que he visto de ella. Muy buena actuación, a la altura de los dos protagonistas. Mackenzie Davis y Robin Wright, con papeles breves, hacen un gran trabajo, pero la palma (con permiso de Ana) es para Sylvia Hoeks como villana, muy imponente. A Jared Leto no lo puedo contar como villano, y es que su importancia es más bien nula en la trama a pesar de -en principio- ser uno de los personajes más importante de todos. Un personaje al que le falta mucho más tiempo de aparición en pantalla para ser lo que pretenden que sea, y sobre todo, estar mucho más trabajado. Para el final me dejo a Ryan Gosling y Harrison Ford. El primero está pletórico, una actuación muy contenida (como es habitual en él) pero con momentos dramáticos en los que está genial. Puede que sea su mejor papel hasta la fecha, al menos el más equilibrado. Pero el mejor de todos es Harrison Ford en un papel muy doloroso con el que es imposible que el espectador no empatice. Hacía tiempo que no veía a Ford actuando tan bien.

Una gran película.