Y si dejamos que cada uno haga lo que le salga de los cojones y gestione su “dignidad” como le parezca? Cuanto guardián de los valores y la dignidad de los demás incluso cuando éstos demás no les han pedido que intervengan. El límite, la ley. Lo demás es apostolado. Mucho meterse con la iglesia pero esto está lleno de curas dando sermones.