Me gustaría entender la razón de ser de esta película, porque es una mezcla de bravura total y de avergonzante cobardía, un oxímoron catatónico.
Nos basamos en "Blancanieves y los siete enanitos". Blancanieves se llama así porque su piel es blanca como la nieve. Y los siete enanitos pues, bueno, son los siete enanitos, no hay que darles muchas más vueltas al concepto.
Si vas a tener la osadía de cambiar los fundamentos de la historia que vienen en el maldito título... ¿Por qué diablos no cambias el maldito título entero? Y aquí está la cobardía.
Mira, la muchacha es guapa y tiene ascendentes latinos. Llámala "Bella" o "Preciosa" (así evitas el mismo nombre que otra celebérrima princesa Disney), que además son palabras castellanas. Si no le quieres poner nada a los siete entes mitológicos pues no lo hagas. Aprovechas para hacer algunos cambios más y, aunque tenga paralelismos evidentes con la historia original ya tienes algo nuevo.
"Preciosa", una nueva historia de Disney que es una reimaginación de Blancanieves, adaptadas a las nuevas sensibilidades y ya está.
Pues no. Somos realmente cobardes. Mantenemos el "Blancanieves" porque no vaya a ser que ganemos menos dinero porque no es una marca reconocida, aunque alienemos y subvertimos las expectativas del público.
¿Qué puede salir mal? Con "La Sirenita" ha salido regulinchi.
Es que yo no me imagino a un "Black Panther" blanco, a un Adolf Hitler asiático, a un "Heartstopper" sin Nick o Charlie, a "007" con Jane Bond, a "Tomb Raider" con La Roca haciendo de Lara, o... Es que son errores fundamentales, diablos.