Ayer por la noche vi por vez primerísima en mi vida la película "Nanook, el esquimal". La tenía desde hace tiempo, pero me daba pereza verla pensando que podía ser un poco aburrida. No suelo ser muy aficionado a ver documentales, aunque los hay muy bonitos. Anteriormente ya había visto dos filmes de Robert J. Flaherty: "Hombres de Arán. Héroes y monstruos" y "Moana".
La primera vez que vi "Hombres de Arán. Héroes y monstruos", me pareció algo tediosa, pero me impresionó bastante la dura vida de los pescadores de la isla de Arán. Me gustó mucho más tras nuevos visionados y ya desde hace tiempo la considero una obra de arte.
El filme "Moana" lo vi sólo una vez y me gustó bastante. Sus imágenes transmitían una fuerza y una veracidad sorprendentes. Se trataba de la vida y costumbres de los nativos de una isla de Samoa, en Polinesia.
Normalmente, me gusta más ver los filmes clásicos con argumento y como ya decía antes, no soy muy aficionado a ver los documentales. Pero ayer decidí ver el citado "Nanook, el esquimal", y me dejó completamente agarrado a mi sillón en todo el metraje. Un filme impresionante, con bellísimos paisajes nevados.
Los filmes de Flaherty no eran realmente documentales, eran más bien documentales dramatizados, pero los esquimales eran auténticos que vivían allí siempre. A pesar de las discusiones entre expertos por el tema del documental dramatizado, que algunos lo consideraban falso en algunos detalles, "Nanook, el esquimal" es considerado el primer documental de la historia del cine. Aunque antes también hubo alguno, este filme marcó el inicio de las películas documentales.
Este documental, acompañado de una música muy bonita y adecuada, empieza con un hermoso párrafo: "Las misteriosas Tierras Estériles, desoladas, cubiertas de rocas, barridas por el viento, espacios ilimitados que coronan el mundo".
Es un canto a la belleza. Muestra a una familia de esquimales que vive en las heladas montañas de la Bahía de Hudson, al norte de Canadá. Era del tamaño de Inglaterra, pero con menos de 300 habitantes. Se aprecia en todo momento la crudeza y las durísimas condiciones de vida. Destacaban las secuencias que brillaban con luz propia: la caza de salmones, la caza de la morsa, la caza de la foca.
También destacaba la maravillosa escena de la construcción de un iglú, con un trozo de hielo transparente para iluminar el iglú como si fuera una ventana. Lo sorprendente es que la familia que se cobijaba en el iglú, no podía hacer una hoguera ni nada para calentarse, porque sino se podía derretir el hielo del iglú. Tenían que mantener la temperatura del iglú a bajo cero, sólo se calentaban tapando con los abrigos de piel.
Todo el documental era poesía, lirismo. La escena de la tormenta de nieve transmitía un realismo y una crudeza desgarradora. Mientras veía la película, pensé: "Ufff, esta pobre familia pasando frío y yo aquí tan tranquilo en esta sala tan confortable..."
Hoy mismo mirando información en Internet sobre esta película, me enteré con gran tristeza que poco tiempo después en la vida real, Nanook y su familia murieron de frío en una fuerte ventisca de nieve. No sé si es cierto, madre mía. Me caía muy bien esta familia, el rostro de Nanook transmitía una bondad como ningún otro.
"Nanook, el esquimal" es una película que todo aficionado al cine y al documental debe verla. Casi 90 años después, conserva intacta toda su fuerza. Una joya del séptimo arte. Inolvidable.
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