El cine comercial es inocuo: se ve a las leguas que es palomitero, mercantilista y oportunista. Eso hace que sea disfrutable. En cambio el llamado "cine de autor" (la mayoría de hoy es morralla con mensajes ocultos y constante desprecio al espectador que no comporta ideología de izquierdas) sí que hace mella, pues adoctrina sin que te enteres. Basta pensar en todas aquellas películas en las que se desprecia el sistema económico capitalista o en las que siempre el malo es un varón blanco heterosexual (toda la producción original de Netflix, por ejemplo).
Para espectadores con espíritu crítico pues no nos tragamos dicha mercancía (tanto el cine comercial como el "cine de autor" netflix) pero escasea hoy día el pensamiento divergente individual en donde los individuos orientan sus opiniones a base del efectismo del mensaje Twitter de 140 carácteres o a conseguir opiniones populares (y eso se consigue utilizando una de las bazas del pensamiento correcto: eres un facha, un machista o un capitalista). Pues de la igual forma los creadores de series o películas actuales lo orientan a lo mismo.
Por mi parte fin del offtopic, solo quería indicar por qué el cine comercial también tiene dosis de política, pero de otra forma completamente distinta.
Esta sí que es una película comercial y política y es excelente (y Reel podría sacar una edición especial quizás). Precisamente se aplica todo lo que he dicho sobre la situación actual de las redes sociales y la tiranía de las izquierdas: