Joer, que mala noticia...
Para mí siempre será el alma de Días de Cine, el que no tenía pelos en la lengua para llamar a cada cosa por su nombre, utilizando esa máscara de cinismo tan divertida. Días de Cine era una religión, una obligación semanal. Tras él llegó el wokismo y la tontuna y el programa dejó de tener interés para mí.
Un grande.




LinkBack URL
About LinkBacks


Citar