Cierto. Es lo que creo que te aproxima aún más a la película.
No sólo saboreas el plato ya servido en la mesa, sino que participas (visual y/o sonoramente) de su elaboración, de los secretos de la misma, y demás elementos de la trastienda.
Y como tú, Bela, me alejo de aquellos documentales promocionales. Porque todos sabemos que muchas de las grandes películas que finalmente hemos saboreado en las salas de cine y de nuestros hogares, han tenido su origen en rodajes tormentosos y conflictivos.
Ahí la magia del cine.

Iniciado por tomaszapa

Y como tú, Bela, me alejo de aquellos documentales promocionales.

Lo malo es que eso no lo sabes hasta que los has visto. Hay algunos que "huelen", pero otros te dan el pego al inicio y parece que te van a contar cosas en lugar de:

- Es la mejor película en que he participado.

- Tenía ganas de trabajar con Fulanito, y ha sido un equipo maravilloso y lo hemos pasado muy bien rodando esta película.

Iniciado por Bela Karloff

Lo malo es que eso no lo sabes hasta que los has visto. Hay algunos que "huelen", pero otros te dan el pego al inicio y parece que te van a contar cosas en lugar de:

- Es la mejor película en que he participado.

- Tenía ganas de trabajar con Fulanito, y ha sido un equipo maravilloso y lo hemos pasado muy bien rodando esta película.

Cierto. No pidas objetividad a unos documentales realizados específicamente para venderte la moto. Muchas veces, aparecen para alentar al público a acudir a las salas.

Por otro parte, en ciertos casos hay que ser comprensivos en este asunto de los documentales. Muchos rodajes que fueron un martirio para los que participaron en ellos (actrices cuyo director era un tirano, actores cuyo director les ninguneaba o prefería a otro compañero, directores que no imponían su autoridad, etc...), tamizados por el paso del tiempo, se tornan en "buenos recuerdos".
Hay actrices que no soportaban la tiranía de un director en el rodaje. Años después reconocen que con ese comportamiento, lograron sacar lo mejor de ella (por ejemplo, De Havilland en La heredera o incluso, más acusado, Carmen Maura en Mujeres al borde de un ataque de nervios).
O directores que tenían que aguantar a sus actores (recordemos a Wilder que se quejaba de Monroe por su tardanza en llegar al estudio-cuando acudía, que esa es otra-, o por tener que repetir una simple frase decenas de veces, etc..).Finalmente, el resultado obtenido en pantalla le satisfacía enormemente.

Contraportada de la caja USA. No se especifican idiomas, deben estar en la parte de abajo.