El Ministerio de Cultura y demás organismos oficiales están para controlar que la editora/distribuidora estén dados de alta en el correspondiente registro, que pagan sus impuestos, que actúan bajo una apariencia de legalidad. No existe un control público de oficio sobre la legalidad o no de una edición, o sobre si una empresa ha pagado licencia de explotación de un título a otra.

Estas son cuestiones de índole mercantil y privada.

Cuando Apple entendió que Samsung estaba "pirateando" su iphone con los galaxy hizo lo que tenía que hacer, interponer una demanda en el correspondiente juzgado. Luego un juez dirá lo que tenga que decir (un modelo de tablet de samsung tuvo que dejar de venderse en alemania por entender el juez que era un plagio de la tableta de apple).

Un sello del Ministerio de Sanidad certifica que unas habichuelas en lata han pasado un control de calidad mínimo o suficiente, pero no puede (ni debe) entrar si esa lata de marca "pepito" está plagiando el logotipo de otra marca... Para eso están los juzgados, en donde uno debe defenderse si cree que está siendo atacado de algún modo.

Si yo "creo" un producto y lo patento, y viene otro y lo copia, ningún ministerio ni órgano oficial va a decir ni pío. Si la empresa que me copia es "legal" tendrá los parabienes burocráticos.

El problema, es que la caterva de ignorantes que tenemos haciendo leyes, un buen día, y por determinadas presiones de determinada gente, metieron en el código penal la copia o reproducción de material audiovisual sin licencia. Desde este momento, si una empresa "fusila" una peli cuyos derechos son de otra, técnicamente es un delito, y la fiscalía debería actuar de oficio.
Lógicamente la Fiscalía no hace nada ante estos casos.
El estado de la cuestión es patético: la policía y los fiscales persiguen a los "manteros", y las "empresas serias" que "fusilan" pelis y las ponen a la venta, campan a sus anchas...

Una legislación demencial, duplicada, que por un lado otorga acciones civiles/mercantiles a quien vea violados sus derechos de autor o de propiedad intelectual, y al mismo tiempo, determinadas conductas contra la propiedad intelectual o industrial son simultáneamente tipificadas como delito en el código penal.

Parches y más parches sobre leyes mal hechas, que lejos de ser arregladas cada vez que las "retocan" salen peor paradas.

Os aseguro que ahora mismo, ante una actividad de pirateo o fusile de películas sin pago de licencia o de derechos correspondientes, son varias las acciones que pueden emprenderse, pero con tal lío legal que unas se solapan con otras y que no hay deu que se aclare.

Eso sí, el ministerio de cultura carece de competencia para ir más allá de verificar una apariencia de legalidad y de que una empresa cumple con los trámites administrativos y burocráticos necesarios. El ministerio no licencia, simplemente visa y da un número de registro. La licencia debe otorgarla el propieterio de la misma, y si no lo ha hecho y se siente "birlado", pues tiene que actuar.

Recuerdo el caso Mazinger Z que se puso a la venta hace unos años por Fnac; no recuerdo el nombre de la distribuidora. Go Nagai se enteró y tardaron diez minutos en meter reclamación a la distribuidora y a la tienda que la vendía. Y dos minutos más tardaron en quitar los packs de las estanterías...