Interesante pregunta y que temo mucho no voy a poder responder con exactitud ya que no trabajo en la L'Immagine Ritrovata. Ya quisiera yo.
Es posible lo que tú sospechas, que ese Instituto tenga una línea de trabajo y deje huella en lo que restaura. Me extraña, dado el prestigio de esa institución, pero sólo así se entiende que hayan cometido el despropósito de extraer una nueva imagen en 4K del negativo original y, al final del camino, hayan obtenido una resolución peor que la anterior edición. Con haber confrontado ambas ediciones hubiesen visto el error.
Aún así, las tres películas que citas son de años muy cercanos (1990, 1992, 1984) y los gustos estéticos eran similares. No descarto que la estética de las tres películas fuera similar. Cada época tiene su luz y color, por así decirlo, y estas comparten época. También hay que tener en cuenta la calidad del negativo que maneja la empresa que realiza la digitalización, las condiciones en las que se ha conservado y la inevitable degradación del mismo. Al fin y al cabo, estamos hablando de fotografía química (que no analógica).
Por otra parte, es común a la fotografía de las películas "históricas" el uso de los "virados" que le den esa pátina amarillenta que asociamos a lo antiguo. Lo hemos visto hasta en una película tan reciente como Mujercitas (Greta Gerwig):

Está también el ojo del espectador que compra la película y que es sensible (consciente o inconscientemente) a los gustos y modas de su época y que también acepta o rechaza productos y, por lo tanto, condiciona la decisión del editor. Es el caso siempre controvertido del "grano" en la película: si el técnico lo mantiene satisface al purista pero molesta al que se queja de la mala calidad de la imagen, sin tener en cuenta las limitaciones que las emulsiones de celuloide ha impuesto a un determinado rodaje. No todos han podido rodar en 70 mm, y eso se nota.
También tenemos la profesionalidad (o falta de ella) de los técnicos y empresarios y de
su compromiso con respetar la obra original y contar con los creadores de ella o, por el contrario, de pegarle dos patadas a la imagen e ir a lo fácil. Ejemplo de esto lo hemos visto por desgracia en demasiadas ediciones del cine español.
Y por último, como ya dije en mi anterior entrada, las decisiones de los mismos creadores que, cuando ven de nuevo su obra, se horrorizan porque ya no corresponde con su gusto actual y solicitan modificar el tono general de la película.
Como ves, muchas variantes.