Por último, para no cansar al personal, dos pequeños experimentos:
Experimento 1: He recortado un fragmento de algunos fotogramas, los he ampliado al 200% y los he contrapuesto. La imagen situada a la izquierda corresponde a la edición de Pathé (2012) y la situada a la derecha a la de A Contracorriente.
Experimento 2: He tomado la última instantánea y he "corregido" los niveles. Quizás es, para mí, la más explícita de todas, porque deja en evidencia que la edición de 2018 no se basa en la misma fuente que la de 2012 (¿un interpositivo quizás?). Resulta absurda la pérdida completa de grano, el tono verdoso de su cara y la aparición de esas extrañas manchas en la piel de la actriz. Aún reconociendo las limitaciones y excesos de la primera edición (esos halos evidentes en los bordes del delantal del pastelero poeta del segundo ejemplo), para mí está claro el veredicto.
¿He comentado ya que soy un absoluto devoto de esta película?![]()