Me vale el ejemplo. Del Quijote tenemos la primera edición, la obra tal "como se estrenó en cines". La tenemos en papel, en digital, e incluso en un precioso interactivo de la biblioteca nacional, accesible para todo el que quiera y gratis además. Ahí, está preservada.
Tras esa primera edición (princeps), editada por de la Cuesta en 1605, vinieron dos ediciones más muy seguidas en el tiempo, en las que ya hay algún añadido y cambio (curiosamente no se sabe si el autor fue quién pidió eso, o lo autorizó, o incluso estaba en contra -con el tema del robo del asno llevamos 4 siglos de investigación y aún no se sabe-).
Problema de adaptar no hubo mucho, ya que el Quijote se edita en el XVII y el castellano medieval ya había sido superado. Según ediciones hay diversas adaptaciones, pero vamos, nada que ver con el tema del cine. Puede editarse un quijote para niños, pero el original sigue estando ahí. Es como cuando se vendían ediciones de pelis en super 8, que duraban media hora.
Por eso, apoyándome en el ejemplo del Quijote, vuelvo a lo que decía: Perfecto el Dracula sin color de Badham; ahí está. Yo sólo digo que quiero ver también el de color, el que se estrenó en cines. No pido que uno mate al otro; al contrario, lo que pido lo firmaría cualquiera (menos Badham): una edición con dos discos, y en cada disco una versión con y sin color.
El problema que veo es que dentro de unos años, o incluso ya, será imposible ver Dracula con colorines tal cual se estuvo viendo durante muchos años; tal cual se concibió y estrenó. Por el Quijote no hay que preocuparse; tenemos 50 ediciones/versiones y mil traducciones, al gusto de cada cual, pero ahí sigue estando El Quijote, el princeps de 1605, para disfrute de quien quiera y, lo mejor, para compararlo con las distintas ediciones. La mía, por ejemplo, es la del Instituto Cervantes de 2005, que lo que hace es respetar la original de 1605, y allí donde introduce algo, lo anota y explica y refiere el original.
Esto es hablar por hablar, porque no se puede comparar algo de hace tres o cuatro siglos con algo de ahora, que es facilísimo de preservar, editar, etc.
Por cierto; un ejemplo que sí está escrito en castellano medieval: El cantar del Mío Cid. Lógicamente, para entenderlo bien tiene que estar bien "traducido"... También me vale el ejemplo. Ya en el colegio de peque, se estudiaba y leía en formato bilingüe, como no puede ser de otra forma. En una página el texto antigüo original y en la de al lado el texto traducido.
En fin, me valen estos ejemplos, porque nadie, ni Cervantes, ni el editor, ni nadie, trató de privarnos de nada. Simplemente fueron corrigiendo, aumentando, actualizando... pero sin privarnos, en caso alguno, del original, que ahí está, casi quinientos años después. Veremos a ver dentro de 500 años qué queda de la guerra de las galaxias o del Drácula de Badham.
P.D.: nótese que mi postura integrista es falsamente integrista, y que la postura progresista de algunos directores y/o productores es falsamente progresista. Lo digo porque ellos ocultan, niegan, esconden, prohíben... y mi integrismo es supercool y liberal, porque yo lo que digo es que quiero todo: el drácula con color y el sin color; quiero el montaje del director de Amadeus o del Exorcista, y también el montaje original. Yo no prohibo, yo exijo que se nos contente a todos. En realidad los más chungos son los Lucas de turno, que no sólo alteran y realteran, sino que además nos imponen su alteración (como si no la qusieramos; George, quiero todas las reediciones que hagas; todas, y te las voy a comprar; solo te pido además un disquillo con la guerra de las galaxias 1977; no creo que sea tanto pedir).