En principio, yo también veo muy clara la legislación pero, si una simple demanda con presentación de la documentación acreditativa de la titularidad diese como resultado automático la retirada del mercado del producto denunciado, la inmediata confiscación del mismo y una indemnización a la empresa perjudicada, dudo mucho que los gabinetes jurídicos de las
majors decidieran renunciar a hacerlo y
regalar la comercialización del producto al primer pirata que tomase la iniciativa. Y sorprendentemente eso es lo que viene ocurriendo desde hace años, primero en dvd y ahora en
BD.
Algo más debe haber.