Y al parecer basada en un caso real, ocurrido a principios de 1900, El caso Tulle.
Esta historia casi le cuesta volver a rodar a Clouzot, es más, le prohíben volver a filmar, pero la intervención de algunos cineastas franceses consigue levantar ese veto algunos años más tarde. Se le acusa de propaganda nazi y de colaborar con el régimen. Para poner la guinda, la Continental Films, creada por Goebbels, la distribuye fuera de Francia.
Aun así, con todos los problemas y suspicacias levantadas, el tío crea una obra perfecta, una grandísima peli.