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Nosotros aún podemos sobrevivir bien, tenemos años de compras. Pero a mí me preocupa que las nuevas generaciones no tengan acceso a todo ese cine. Y eso es peligroso porque es matar el cine de los años 80 para atrás. Ya te encuentras con muchas lagunas cinéfilas en críticos jóvenes De 30 y 40 años que escriben columnas en los principales diarios y revistas nacionales. Imagínate dentro de 15 años.
Aún recuerdo cuando TCM emitía en SD, tirando de cualquier película y a cualquier hora, todo tipo de rarezas. Pensé que siempre sería así, incluso en su transición a la alta definición, pero su repertorio quedó en nada desde entonces.Cita:
Iniciado por Twist
Pienso que, aparte de las políticas comerciales de cada equipo directivo de multinacional que vaya llegando, la evolución del sector está llegando a un punto que no nos beneficia a los amantes del cine.
Hubo una etapa (aquella en la que las salas de cine eran las reinas) en la que los estudios fiaban el potencial de sus películas a los estrenos y a su recaudación en el primer año. Más tarde se dieron cuenta de que algunas películas de tirón popular admitían perfectamente reestrenos porque habían acumulado una aureola casi mítica para quienes no las vieron en su momento o querían rememorarlas. Disney, por ejemplo, percibió muy pronto el potencial de su catálogo y dosificaba las reposiciones para cada nueva generación. Pero podemos recordar sucesivas reposiciones en salas de "Ben Hur", "Casablanca", "Los Diez Mandamientos", "Siete novias para siete hermanos", "Lo que el viento se llevó", "Con la muerte en los talones", etc.
Cuando la televisión fue expandiéndose por todo el mundo, los fondos de catálogo (con copias a menudo impresentables) sirvieron para obtener sustanciosos ingresos adicionales que se simultaneaban con los reestrenos en los cines. Fue también época de florecimiento de cine clubs y auge de cinematecas nacionales. Incluso en un país culturalmente descuidado como el nuestro, rara era la ciudad que no contaba con, al menos, un par de cine clubs (a menudo vinculados a universidades o colegios potentes) que lo mismo te programaban clásicos mudos que ciclos de cine chino, hindú o polaco. Simultáneamente, algunas distribuidoras se arriesgaban a contratar ciclos de Humphrey Bogart o los hermanos Marx, obteniendo buen resultado en taquilla. A eso se sumaron también las salas de "arte y ensayo" que empezaron a permitir el acceso a películas, siempre que no fuesen dobladas, hasta entonces prohibidas. La afición se realimentaba y estimulaba desde distintos frentes.
Con la llegada del video, el consumo se centró en ciclos televisivos (cada vez con copias más presentables y, poco a poco, respetando formatos originales) y la ebullición de los video clubs para el cine más comercial. Los cinéfilos empezaron tímidamente a nutrir sus propias videotecas.
Viendo el potencial de ventas del video, con la irrupción del DVD, su mejor calidad de imagen, multiplicidad de audios y subtítulos, facilidad de manejo, etc, las empresas aprovecharon y fomentaron el ansia del coleccionismo cinéfilo: al fin se podía alcanzar la quimera de tener una filmoteca propia, igual que una biblioteca privada. Y las productoras se volcaron: había algunas que editaban diez o doce títulos por mes (podemos recordar los catálogos promocionales que llegaban a las tiendas, en grandes formatos y buen papel satinado, mostrando suculentas carátulas que reproducían los carteles de estreno). Detectando rápidamente la mina clientelar, aparecían ediciones de lujo y packs recopilatorios (especialmente en USA, claro): junto con los estrenos del momento, se podían encontrar packs de John Ford, Preston Sturges, Val Lewton, de Bette Davis, Humphrey Bogart, Judy Garland, de cine negro, de clásicos de aventuras, de Tarzán, de adaptaciones literarias, de musicales...
Justo cuando el mercado empezaba a dar ciertas muestras de saturación y fatiga (la explosión del principio fue decantándose y fueron quedando los compradores cinéfilos fieles), llegó el streaming. Y se empezó a valorar desde las empresas que quizá lo pertinente era cerrar el grifo de que todo pudiera estar circulando al alcance de cualquiera. Tal vez fuera más conveniente controlar los títulos, dosificarlos temporalmente (como hacía Disney con sus clásicos animados), mantener exclusivas o ceder derechos entre empresas por buenas cantidades de dinero, sin fabricar disquitos de películas antiguas, ni intermediarios, ni transportes, etc. Sólo negocios entre empresas, paquetes de títulos, CEOS tratando entre ellos para obtener los derechos del taquillazo de turno... Y por supuesto, atendiendo al gusto mayoritario, a la mayor rentabilidad de la oferta de programación, competir en comercialidad para ver quién se lleva el mayor número de abonados y los mantiene más tiempo. Frente a esto, el menudeo de la venta de unidades a los coleccionistas no sólo es una incomodidad sino que puede resultar contraproducente: quien tiene sus películas favoritas en casa, no es el mejor candidato a suscribirse a una plataforma para verlas, el chaval que ha visto el último Disney o los Star Wars hasta la saturación, no es el cliente idóneo para querer revisarlas en una plataforma. Hay que restringir y controlar el producto e ir compitiendo con las demás ofertas procurando satisfacer siempre aquello que mayoritariamente se demande en bien de la comercialidad y la continuidad en el mercado.
Y en esas estamos. Malos tiempos para la lírica.
Y yo que las plataformas que tengo son de "casualidad".Cita:
Iniciado por Twist
Amazon por razones obvias, y Movistar+ por que fui a protestar por el precio del Fusión y me dijeron que por que no tenia la TV si estaba incluida. :garrulo Disney+ ya viene con Movistar....
Yo casi ni lo uso, en cambio los niños no miran otra cosa. Ellos son los clientes que buscan, yo les salgo poco a cuenta.... :|
Estoy en el mismo caso: La conexión a Internet y el teléfono me incluyen lo que tiene Movistar. Ni una más.Cita:
Iniciado por jmac1972
Una vez Telefónica nos ofreció Movistar, pero yo lo rechacé, no me interesaba en absoluto tener las películas en alquiler.
Igual sí tengo pensado apuntarme en un futuro a FlixOlé, para luego darme de baja. Me interesará durante un tiempo revisar el cine español antiguo...
Nos estamos desviando del tema del hilo, pero no puedo evitar comentar una atrocidad que se comete asiduamente en las emisiones de Movistar: durante las películas aparecen anuncios emergentes promocionando sus programas.
Uno está viendo tranquilamente una película y, de pronto, en una esquina te aparece un enorme cartel con el poster de la que van a emitir a continuación, incluyendo a veces hasta los nombres de los actores; 10 minutos después te aparece otro con la que se estrenará por la noche; 20 minutos más tarde, otro ataque con la serie que comenzará dentro de una semana... y así cinco o seis veces durante la película.
Nunca creí que se pudieran llegar a tales extremos de falta de respeto al espectador y a la obra cinematográfica emitida.
Y eso aparte de las "moscas" habituales (una con el nombre del canal, su logo, etc, al que se suelen añadir rotulitos que corren de derecha a izquierda para decirte cómo se llama la película que estás viendo, la que puedes ver a continuación y que el jueves se emite el episodio cuarto de tal cosa; otra con la calificación de edades, otra si es el día del orgullo gay, de las féminas asesinadas, del orgullo verde, de la batalla de Lepanto, de la invención del botijo...). Para remate, los créditos finales se encogen para incluir en pantalla un cartelón con más promos variados de la plataforma. Vamos, una verbena. Menos poder ver tranquilamente lo que te interesa, cualquier cosa.
Recuerdo cuando decían como reclamo que se podían ver las películas sin interrupciones publicitarias. Se les olvidó decir que sí habría irrupciones publicitarias.
Por eso nunca enchufo el Home Cinema cuando veo algo por una plataforma. Esas cosas te joden la experiencia. Lo reservo para los BD o DVD, entonces si que es sesión de cine.
Y eso pagando, eh, que es televisión de pago. No se diferencia mucho de la televisión convencional. Encima de que pagas te bombardean con esas mierdas. Por no hablar, ejem, de TCM y sus alteraciones de formato en películas. Amantes de cargarse un scope para convertirlo en un 1.79:1 y que llene toda la pantalla.
En casa llevamos abonados al plus desde 1991, un año después de su lanzamiento. Por el fútbol, claro. Pero también, y en esa época, era un acontecimiento ver una película reciente (con ello digo un año después de su lanzamiento en cines) sin cortes ninguno.
He visto de todo y curiosamente, en la linea que comentáis, cuando había menos canales, había más y mejor oferta. Por ejemplo, TCM apenas repetía películas. Y ese canal Clásico era una maravilla. Se notaba mucho mimo en quién estuviera a cargo de la sección de cine.
Hoy en día, apenas veo cosas de estreno, y varias de ellas es porque si no lo veo en plataforma no la cataré en físico. Y a duras penas, me he acostumbrado a las dichosas moscas que ensucian la pantalla continuamente.
Gracias a que tiene uno un buen arsenal (imagino que como casi todos los que frecuentamos este foro) de cine clásico.
Review en Blu-ray.com. Como era de esperar, una restauración espectacular:
https://www.blu-ray.com/movies/The-W...134981/#Review
Desgraciadamente, se confirma lo que ya sabíamos: solo versión original con subtítulos en inglés SDH….
Los ceporros de Warner siguen proporcionando material calentito a los piratones... Y todo por no incluir unos míseros subtítulos en filme y extras. Son unos "genios".
Comprobados los resultados de la restauración. Son verdaderamente asombrosos, tanto más cuando se llegó a asegurar que el material de partida era prácticamente irrecuperable. La película se ve y se oye como cuando se estrenó. Lástima que Warner, desde hace tiempo, limite sus lanzamientos de Archive a USA.
El año pasado me llevé una alegría enorme cuando la vi editada en dvd. La compré y lo mejor era el libreto que traía. Pero la imagen era tan chunga... se veía fatal. Cuando la vi anunciada en bluray ya os haceis una idea de lo contento que me puse. Ojalá la empresa que la editó en dvd la saque ahora en bluray.
No tengo lector de bluray en el ordenador, si no, me compraría la edición americana y haría un montaje con el audio castellano del dvd, que sin ser una maravilla no se oye mal.