
Iniciado por
Casiusco
Un personaje icónico. De una popularidad superlativa. Una serie ensalzada por la crítica. Difícil, en un momento en que las series difíciles han encontrado su lugar. Y su peso. Una siguiente temporada en ciernes.
Y lo máximo que se ha logrado hacer -después de una espera excesiva, hasta llegar a extraviar cualquier atisbo del momento o del posible "hype"- son tres discos regrabables de 25 GB que bien pudo haber grabado cualquiera; sin extras, sin cuidado, sin intención. Ni saber qué hacer.
Es un fracaso. Pero no sólo un fracaso de Emon, sino de la industria, de este medio en España. Ese país donde se pretende establecer una supuesta guerra al consumo ilegal de contenidos registrados.
Un fracaso que clarifica que este sector no castiga que acerquen su modelo de negocio al mantero más próximo, o que muchas veces no pone en valor sus propios productos, dejando en evidencia las carencias de las opciones que -se supone- nadie debería adoptar.
Es cierto que "Hannibal" no obtuvo grandes audiencias. Como también lo es que fue/es una serie desubicada. Emitirla en USA en prime time en una cadena generalista de ámbito estatal para ser vista -juntos- por los integrantes de la familia media americana, fue algo tan insólito como errado. Una tropelía deliciosa y abocada a un glorioso fracaso. Quizá, en sus riesgos, naciese tres o cuatro años antes de tiempo. Y en el medio equivocado.
Pero el fracaso, en términos de edición, es no saber aprovechar el potencial y los atributos de un producto; éste, a priori, con valores aún de mayor enjundia que otros lanzamientos que -cuanto menos- sobreviven en el mercado con dignidad, incluso en España; y, sin otra perspectiva, acabar por limitarse a intentar liquidar el lanzamiento. Porque este desatino de Emon es una liquidación; no una edición.
La ironía dice que no existe en el mundo otra edición de Zona B que incluya -al menos- subtítulos en español, de aquí o de allá. O lo que es lo mismo: si usted quiere tener "Hannibal" en su casa, deberá piratearlo. Y puestos a hacerlo, cualquier consumidor acabará concluyendo que de tener una copia con características¡ tipo pirata, es mejor hacerlo gratis que hacerlo pagando.
La conclusión de este desatino es que si la industria sigue permitiendo -no señalando- este tipo de prácticas, y su proliferación, cada vez más presente, la industria desaparecerá. Porque si hay algo que no necesita ahora mismo este sector es generar la creencia de que el formato físico no tiene valor. Que no aporta. Y para que lo tenga, hay que dárselo.
PD: No voy a comprar esta supuesta edición en alta definición puesta en el mercado por Emon. Pero, como seguidor de esta peculiar serie, y de manera individual, me comprometo a adquirirla a precio de salida si en algún momento otra distribuidora intenta salvarla.