Según me explicó cierta editora con números en la mano, la rentabilidad está en el formato DVD. Es el que más vende, el más barato de producir y el que mejores resultados aporta a la cuenta tras un ciclo de vida de un lanzamiento.
Si con el BD ya tenemos una situación complicada para el cine minoritario, el BD-HD apunta a ser coto cerrado del mainstream de las majors. Ya no digamos el planteamiento de tener que elegir si editas en tres formatos vigentes en el mercado, una locura.